En la sesión de control al Gobierno en el Congreso, Rosa Díez acusó al presidente de ser “letal” para la economía por la incertidumbre suscitada durante su gestión, y le señaló como “responsable” directo de que se haya “hundido” el crédito exterior de España.

Denunció que elige a sus ministros “con criterios tan peregrinos como la cuota o el glamour”, que ha tomado decisiones “improvisadas” y además “contradictorias”, y que durante dos años siguió creyendo en el cuento de la lechera mientras los demás gobiernos ya estaban recogiendo “la leche derramada”.

En una dura diatriba contra el presidente, le acusó además de no escuchar “a nadie” y seguir sólo las instrucciones que le llegan “en un idioma que no conoce y ha de ponerse el pinganillo”, y de haber derrochado “lo que encontró en caja” confundiendo gobernar con “tirar de chequera para la compra de voluntades”, hasta llegar a un punto en que “usted no tiene cheques y España no tiene crédito”.

“Afortunadamente”, respondió el presidente, “a pesar de sus palabras, seguramente no de sus intenciones, España es un país sólido, fuerte y con crédito internacional” que, como otros muchos, atraviesa la crisis económica más intensa de los últimos ochenta años, que ha obligado a tomar medidas rápidas y hasta ese momento desconocidas.

Si el crédito de España es “muy alto”, aseguró Rodríguez Zapatero, es fruto de las gestiones “de todos” durante los últimos treinta años, algo de lo que se declaró orgulloso incluso excluyendo su propia etapa y reconociendo que puede haber sido “el que menos” ha contribuido a ese objetivo.

Rosa Díez le exhortó a reconocer “la evidencia” de la pérdida de crédito exterior de España y le advirtió de que esa confianza no se recuperará mientras él siga siendo presidente. “No se empeñe en jugar la segunda parte, y convoque elecciones”, le dijo.

Rodríguez Zapatero echó mano de la ironía para decir a Rosa Díez que si hubiera comenzado su reflexión por el final se hubiera ahorrado tiempo y “alguna descalificación poco entendible”.

Como representante de la sobernaía popular y en su condición de española, el presidente pidió a la diputada “que hable bien de España, aquí y fuera”, porque más allá de quién gobierne eso es lo que contribuye a la fortaleza de la economía y a su recuperación.