"Los ancianos tienen un rol muy especial dentro de los campos de refugiados, porque se ocupan de los niños, ayudan a los adultos a aclimatarse e incluso en el caso de las mujeres ejercen como comadronas", destacó la directora general del Comité Español de Acnur, María Ángeles Siemens, que añadió que el 8,5% de los refugiados y desplazados son mayores de 60 años.

Asimismo, la organización quiso destacar la afluencia cada vez mayor de refugiados urbanos, que aunque proceden de las zonas rurales sobreviven en las ciudades y se ven obligados a vivir en suburbios abarrotados de gente con escasos servicios médicos o sociales.

"Las personas mayores refugiadas han perdido su proyecto de vida, aquel por el que lucharon, por lo que para ellos la vida es más difícil que para un joven o un niño, que se adapta más fácilmente", señaló Siemens.

También dio su testimonio María Norbelia, una mujer colombiana que relató cómo su vida y la de su nieta corrían peligro en su país de origen, por lo que tras perder al resto de miembros de su familia por culpa de la violencia decidió viajar a España con el fin de pedir asilo y llevar una vida mejor y más segura.

En esta ocasión, Acnur cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid y del Ministerio de Trabajo e Inmigración, que junto con varias entidades privadas han hecho posible la muestra fotográfica.