Según informó este viernes la Jefatura Superior de Policía de Madrid, los detenidos, a los que se les imputa más de una veintena de delitos contra el patrimonio, ejecutaban sus actividades delictivas con gran organización y planificación. Habían llegado a cometer robos en los que eran capaces de sustraer hasta diez vehículos de un concesionario en la misma noche.

Para evitar la detección de los vehículos robados, los delincuentes poseían maquinas troqueladoras que les permitían acuñar nuevas matrículas y así pasar desapercibidos. Además, contaban con "puntos de seguridad" donde escondían los turismos, ya que después los empleaban en la comisión de nuevos hechos delictivos, dada su gran cilindrada.

Sus golpes abarcaban desde tiendas de telefonía móvil a locales de venta de productos informáticos y, últimamente y debido a la proximidad de la época estival, ópticas; aunque su verdadera especialidad eran los concesionarios de vehículos y motocicletas, según la policía.

Tras varios meses de investigación, los agentes lograron llegar hasta los integrantes del grupo y desenmascarar todo el entramado criminal. Cinco jóvenes fueron detenidos en la capital y puestos a disposición de la autoridad judicial, habiendo ingresado ya en prisión los principales integrantes.

En la operación han sido recuperados ocho vehículos de alta gama, que provenían todos ellos de un robo en el que habían conseguido sustraer diez automóviles de un concesionario en la misma noche. Dos de ellos portaban placas de matrícula "dobladas", es decir, correspondientes a otro vehículo, pero de la misma marca y modelo, con lo que pasaban desapercibidos.