La sordoceguera es una única discapacidad que resulta de la combinación de dos deficiencias sensoriales (visual y auditiva), provocando problemas de comunicación únicos y necesidades especiales derivadas de la dificultad para percibir de manera global, conocer y por tanto interesarse y desenvolverse en el entorno.

Para esta labor es fundamental la figura del mediador, un profesional que acompaña a las personas sordociegas y permite que interactúen con su entorno, comunicándose y haciéndoles comprender lo que sucede alrededor a través de sistemas alfabéticos que se realizan a través del tacto, como la escritura en la palma de la mano.

“Ser mediador intuyo que no es una profesión, sino tener una vocación de servicio público y generosidad hacia las personas realmente increíble”, aseguró Cristina Cifuentes durante su intervención, en la que se mostró impresionada por la manera que tienen de relacionarse con su entorno estas personas.

Los asistentes al acto, entre quienes se encontraban el presidente de FOAPS, Andrés Ramos; el delegado territorial de la ONCE en Madrid, Luis Natalio Royo, y el presidente del Consejo Territorial de la ONCE en Madrid, Luis Miguel López, tuvieron la oportunidad de escuchar a Sandra, una joven sordociega que está terminando sus estudios de Ingeniería de Software.

Antes de salir al atril para contar su experiencia, esta chica de 23 años y sordociega desde los 12 sabía “todo lo que estaba pasando en esta sala” pese a sus limitaciones. Esto ha sido posible gracias a Javier, su mediador que “me ha contado todo” mientras se iban sucediendo las intervenciones de las autoridades presentes.

Así comenzó el relato sobre cómo inició sus estudios en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid “gracias al Centro de Traducción de la ONCE, que me transcribe los apuntes a Braille”, y a su mediador, que se lo proporciona FOAPS, como también está enseñando a sus padres los sistemas de comunicación para personas sordociegas, explicó.

La presidenta regional reconoció lo “impresionante” que resulta escuchar a Sandra, al tiempo que subrayó la necesidad de “sensibilizar a la sociedad de la necesidad de integrar a las personas con discapacidades” para “garantizarles una vida autónoma e independiente”. En los 10 años de FOAPS, la Comunidad les ha financiado con 1.857.270 euros en recursos y 164.022 euros en otros conceptos.

CONECTAR CON EL MUNDO

El presidente de FOAPS, Andrés Ramos, describió la labor de esta fundación como una manera de “conectar a las personas sordociegas con el mundo”. Así, proveen de las herramientas suficientes a estas personas con recursos como el del mediador y otras soluciones técnicas.

“Los mediadores les conectan con el mundo, con su entorno; gracias a eso tenemos a personas sordociegas que pueden ir al médico, que pueden estudiar y hacer cosas como cualquier otro ciudadano”, explicó. Asimismo, enseñó a los madrileños cómo identificar a una persona con sordoceguera: si lleva bastón rojo y blanco.

Como apuntó Ramos en su intervención, “medimos la efectividad de FOAPS en horas de mediación”, y en sus 10 años de vida en Madrid ya ha dedicado un total de 152.472, de las cuales 25.556 corresponden al año 2016 con la ayuda de los 100 mediadores que operan en la región.

El delegado territorial de la ONCE en Madrid, Luis Natalio Royo, agradeció a Cifuentes su trabajo por las personas con discapacidad porque “lo has hecho fácil, crees de verdad en el sector de la discapacidad”. Así, expresó su deseo de seguir contando con recursos suficientes por parte de la Comunidad de Madrid para seguir apoyando a estas personas.

Antes de concluir el acto, la presidenta regional y el presidente de FOAPS reconocieron con una estatuilla y una caricatura a varios mediadores de la fundación que llevan los 10 años trabajando con las personas con sordoceguera.