El estudio, que se basa en una encuesta realizada en Alemania, asegura que el modelo de empresa familiar responde mejor a indicadores como son la satisfacción del trabajador, la “emprendeduría”, la cercanía y la competitividad frente a la globalización.

De acuerdo con el informe elaborado por el profesor visitante de Esade Arist von Schlippe, del Witten Institut for Family Business, la gran empresa familiar es la que tiene un comportamiento más regular.

Por ejemplo, las pequeñas empresas familiares están muy bien consideradas por el trabajador, que las ve cercanas, emprendedoras y satisfactorias para sus intereses. Sin embargo, se hunden a la hora de ser competitivas en el mundo globalizado.

Todo lo contrario le sucede a las grandes corporaciones, que puntúan muy bajo en todos los criterios excepto en el de competitividad, donde se colocan en el primer lugar.

Por último, la imagen de las empresas familiares es “muy positiva” y tienden a representar mejor la categoría de sostenibilidad. Sin embargo, se las ve menos cercanas al ámbito competitividad. “La excepción —afirma el informe–son las grandes empresas familiares a las que se ve capaces de sobrevivir en un entorno globalizado”.