Los furtivos matan cada año a 30.000 elefantes, 1.200 rinocerontes y 110 tigres
- WWF lanza la campaña ‘STOP Tráfico de Especies’
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Más de 30.000 elefantes, 1.200 rinocerones y unos 110 tigres mueren cada año y 100.000 pangolines han perdido la vida en la última década debido al comercio internacional de especies para obtener sus huesos, pieles, cuernos, colmillos, escamas y carne.
WWF ofreció hoy estos datos al lanzar la campaña ‘STOP Tráfico de Especies’ para implicar a la población en la lucha contra ese “gran negocio de la extinción”, puesto que, según apuntó, el tráfico de especies equivale al de drogas y el de armas, pero es menos arriesgado y perseguido aunque genera un impacto social y económico similar, además del relativo a la biodiversidad.
Esta organización indicó que elefantes, tigres y rinocerontes son las principales víctimas del furtivismo, aunque hay miles de especies de fauna y flora afectadas por “un comercio criminal” que mueve hasta 20.000 millones de euros al año.
El último censo de WWF sobre elefantes de bosque en diversos países de África central confirma una disminución del 70% de la población de estos animales en la última década, e indica que sólo quedan 9.500 individuos en Camerún, República del Congo, República Centroafricana y Gabón.
“El furtivismo a gran escala para la obtención de marfil es la principal causa de un descenso que puede llegar a extinguir a la especie en esta región. Y no es un hecho aislado. Tigres, rinocerontes y miles de especies más están al borde del colapso”, añadió.
Además, subrayó que cada año se comercializa de forma ilegal con 1,5 millones de aves vivas y 440.000 toneladas de plantas medicinales, y que el año pasado se alcanzó el récord de incautaciones mundiales de marfil ilegal desde que su comercio internacional fuera prohibido, en 1989.
La campaña ‘STOP Tráfico de Especies’ se centra en las principales especies afectadas y destaca el papel de España como actor principal europeo en las rutas internacionales del tráfico de fauna y flora, pero sobre todo es una llamada a la población a unirse “la lucha contra este crimen contra la naturaleza” comprometiéndose a no adquirir animales exóticos protegidos vivos, sus restos o productos derivados, así como difundiendo los mensajes de la campaña y pidiendo al Gobierno que aumente los medios para luchar contra las redes organizadas y el tráfico ilegal.
WWF destacó que el tráfico de especies es “una actividad criminal muy lucrativa que pone en peligro la seguridad de los países, obstaculiza el desarrollo social y económico, destruye la riqueza natural y pone en riesgo la salud mundial”, de manera que se trata de “un problema que va mucho más allá de ser una de las primeras causas de pérdida de la biodiversidad mundial para convertirse en un problema de seguridad nacional”.
(SERVIMEDIA)
26 Oct 2017
MGR/gja