Hasta 2,1 millones de aves mueren ilegalmente al año en el norte y el centro de Europa
- Sobre todo rapaces, según BirdLife International
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Entre 0,4 y 2,1 millones de aves silvestres mueren ilegalmente cada año en el norte y el centro de Europa y en la región del Cáucaso, según una investigación de BirdLife International hecha pública este martes en Manila (Filipinas) durante la 12ª Conferencia de las Partes de la Convención sobre Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS), organismo coordinado por la ONU.
Con este análisis, BirdLife International completa la panorámica de la captura y la caza ilegal de aves en Europa, que se inició en 2015 con la región mediterránea, donde concluyó que en esa zona mueren por esas causas unos 25 millones de ejemmplares cada año, de ellos entre 103.000 y 405.000 individuos en España.
Según la investigación, titulada 'The killing' ('La matanza'), el 66% de las 457 especies nativas del continente europeo se exponen anualmente a la captura o la muerte mediante prácticas ilegales. En términos cuantitativos, las aves acuáticas y las marinas son las más afectadas por esta problemática. Por ejemplo, la focha común (también presente en España) pierde una media de 100.000 individuos cada año por este tipo de prácticas.
Le siguen las especies de paseriformes o pájaros cantores. De hecho, el gorrión común, el pinzón vulgar y la curruca capirotada, todas ellas también presentes en la Península Ibérica, son las especies con mayor mortalidad en Europa. El caso de la curruca capirotada es especialmente significativo, dado que también ocupa los primeros puestos de mortandad en el área mediterránea, con la pérdida de entre 1,2 y 2,4 millones de ejemplares cada año.
Las palomas y las tórtolas, como la amenazada tórtola europea, tampoco se escapan a esta problemática. El sisón común, declarada Ave del Año en 2017 por SEO/BirdLife debido a su alarmante declive poblacional, pierde potencialmente un promedio de un 10% de toda su población mundial por muertes ilegales en Europa y el Cáucaso cada año.
La segunda parte del estudio analiza las prácticas ilegales en 28 países firmantes de la Convención de Berna para la Conservación de Fauna y Hábitats de Europa, 19 de los cuales forman parte de la UE y, por tanto, están obligados a cumplir con la legislación comunitaria en este ámbito.
LOS PEORES PAÍSES
De acuerdo con el análisis de BirdLife International, la mayor parte de las prácticas ilegales tienen un interés puramente recreativo. La federación ambiental llama la atención sobre las habituales infracciones en países como Hungría o Polonia, donde la legislación comunitaria en materia cinegética no se ha implementado correctamente.
El estudio indica que este fenómeno da pie a incrementar la impunidad con la que cuenta este delito, que Bruselas trata de paliar por la vía de amonestaciones y la apertura de procedimientos de infracción. De hecho, a la aparición del informe de BirdLife sobre la región mediterránea en 2015 le siguieron procesos de infracción como el abierto a España por las capturas de fringílidos para su participación en concursos de canto, una práctica conocida como silvestrismo que continúa autorizándose en algunas comunidades autónomas, y que a juicio de SEO/BirdLife y de la Comisión Europea, es ilegal de acuerdo a la legislación europea vigente.
Otra motivación habitual para las prácticas ilegales es la gastronómica, especialmente en el norte y centro de Europa. En el Cáucaso, las aves cazadas se vinculan más a la necesidad de obtener ingresos económicos o alimento. El informe también cita las laxas interpretaciones de control de plagas y la confusión entre especies cazables y no cazables, entre las causas de la mortandad ilegal en el continente europeo.
Los seis países más señalados en esta región son, por orden alfabético, Alemania, Armenia, Azerbaiyán, Bulgaria, Georgia y Países Bajos. Por zonas, las seis con mayor número de muertes se ubican en Azerbaiyán, especialmente en el entorno de Gizil-Agach (situado en la costa del mar Caspio), donde mueren en torno al 18% del total de aves aniquiladas ilegalmente en esta región del planeta.
RAPACES
El grupo de aves con más especies afectadas por las prácticas ilegales son las rapaces, de las que mueren entre 15.000 y 68.500 individuos cada año. Sólo una de las 52 especies de rapaces que habitan la zona, el elanio común, se salva de esta masacre que afecta especialmente al busardo ratonero, que se calcula que pierde cada año cerca de 10.000 ejemplares. BirdLife también muestra su preocupación por el amenazado aguilucho papialbo, que pierde anualmente en torno al 20% de su población en la UE.
“Las cifras de mortandad y captura ilegal en la Europa continental y en el Cáucaso no son tan dramáticas como las de la región mediterránea. En Italia, por ejemplo, se estima que mueren entre tres y ocho millones de aves por métodos ilegales cada año. Siria, Egipto, Chipre o Líbano también ofrecen datos alarmantes. También lo son en España, con entre 103.000 y 405.000 ejemplares muertos o capturados ilegalmente cada año. A pesar de que las cifras son menores, la segunda parte de 'The Killing' evidencia que las prácticas ilegales están lejos de ser desterradas en esta parte del planeta”, explicó Nicolás López, responsable de Especies de SEO/BirdLife, Nicolás López.
“Por desgracia, y a pesar de la rigurosa legislación comunitaria en este sentido, la impunidad en delitos contra la fauna sigue siendo casi absoluta en la UE. Los escalofriantes datos del primer informe de BirdLife han supuesto un acicate para que en países como España se adopten medidas para frenar estas prácticas ilegales, pero el problema persiste porque se sigue considerando que estamos ante delitos menores, se desconoce su impacto en la conservación de la biodiversidad, falta una mayor priorización en su abordaje y hay una escasez de recursos destinados a la lucha contra este tipo de criminalidad ambiental”, apuntó el encargado del área Legal de SEO/BirdLife, David de la Bodega.
(SERVIMEDIA)
24 Oct 2017
MGR/caa