Así lo indicó Gortázar durante la presentación de resultados de la entidad correspondientes al tercer trimestre de 2017, que por primera vez tiene lugar en Valencia, después de trasladar su domicilio social de Barcelona a esta ciudad ante la situación en Cataluña.

El consejero delegado de la entidad subrayó que en CaixaBank “confiamos en la estabilidad de muchas comunidades autónomas”, y entre ellas, la Comunidad Valenciana.

En este sentido, señaló que “hay un beneficio” para esta región con el establecimiento de la sede social del banco en Valencia, y a la entidad le permite “enfocarnos aún más” en esta zona geográfica, una de las más importantes para CaixaBank, y en la que también se asientan grandes empresas como Mercadona, según citó.

En cualquier caso, subrayó que este cambio supone un “voto de confianza y una muestra de apoyo y alineamiento con la Comunidad Valenciana”.

Preguntado sobre si reforzará el área valenciana con más personal o habrá algún traslado de empleados, Gortázar aclaró que a esta ciudad se traslada la operativa del Consejo de Administración y de la Junta de Accionistas pero “en estos momentos no prevemos otros traslados”.

En esta línea, explicó que el cambio de domicilio social implica la celebración de los consejos de Administración de forma ordinaria en Valencia, así como la reunión de la Junta General de Accionistas.

Mientras, en el caso del traslado de la sede fiscal, puntualizó que “no tiene consecuencias en el reparto de los recursos estatales de las comunidades autónomas” a efectos del Impuesto de Sociedades.

Gortázar incidió en que el cambio de domicilio social es una “decisión exclusivamente técnica, naturalmente de CaixaBank” con el objetivo de “proteger el interés de nuestros clientes”.

Además, “la gran mayoría” de estos “entiende que nosotros actuamos en todo momento” para proteger sus intereses, y por lo tanto, comprende la decisión del traslado, aunque pueda haber clientes que “piensen de una manera u otra”.