Con este objetivo se acometen los trabajos de desdoblamiento de esta carretera en el tramo que conecta las carreteras

nacionales A-2 y R-2, que estarán concluidos el próximo verano.

El consejero madrileño de Transportes e Infraestructuras, José Ignacio Echeverría, asistió hoy a la realización de una prueba de carga en una de

las estructuras incluidas en este nuevo tramo de autovía, mediante las cuales los cruces con otras carreteras se realizarán a distinto nivel.

Esta prueba permitió comprobar la resistencia de uno de los pasos elevados incluidos en el proyecto para garantizar la seguridad de

circulación, incluso, en un momento en el que el puente debe soportar un peso que supera el que podría producirse en cualquier situación extrema

una vez que entre en servicio.

Para ello, se ha sometido al puente, de 133 metros de longitud, al peso de seis camiones de 40 toneladas de peso cada uno.

Se comprobó que las cargas de estos vehículos provocan unas deformaciones en la estructura, que es necesario medir para comprobar

posteriormente cómo y en cuánto tiempo recupera la estructura su estado normal.

Durante la visita, Echeverría destacó la importancia de esta carretera para las comunicaciones de la zona, ya que registra una alta

intensidad de tráfico que alcanza los 14.500 vehículos diarios, de ellos un 25% son pesados, ya que comunica los polígonos de Azque, Álvarez, Nilo y Camporroso.