Así lo aseguró en un mítin en Almería en el que contrapuso repetidamente la situación en la que se encontraba España bajo los gobiernos del PP y la que, a su juicio, padece ahora. "Hace unos años se hablaba en todo el mundo del milagro español y hoy, pocos años después, somos país en libertad vigilada", comparó. "Hoy nos dan órdenes, nos dicen lo que tenemos que hacer. Os aseguro que eso no volverá a ocurrir nunca en la Historia de España, porque haremos las cosas como hay que hacerlas".

Comentando las medidas aprobadas por el Gobierno para reducir el déficit, Rajoy calificó de "injusto que la gente que no tiene la culpa pague los errores descomunales del Gobierno", y, en concreto, detalló que la responsabilidad no es de los pensionistas, los parados, los autónomos y los funcionarios, sino de "un Gobierno que ha hecho las cosas muy mal", pese a que "se le advirtió hasta la saciedad" y "se le plantearon alternativas". "Cuando no se quiere escuchar, el balance es lo que estamos viendo", sentenció.

El presidente del PP quiso sacar de Grecia y Hungría "lecciones para España". A saber: que "no se debe ocultar nunca la realidad", que "se debe decir la verdad por dura que sea", que hay que "ser austero y no gastar por encima de las posibilidades del país" y que se ha de hacer "un plan con reformas".

No obstante, garantizó que "hay motivos para la esperanza" y que "en España se puede crear empleo" siempre que se implementen "políticas que sirvan para eso". Para apuntalar esta convicción, recordó que el paro pasó del 22% al 105 bajo los gobiernos del PP. Según Rajoy, la vuelta al 20% "es el balance de Rodríguez Zapatero".

Rajoy se mostró seguro de que "en España va a haber un cambio político" y, para cuando llegue, proclamó: "Sabemos lo que hay que hacer, lo hemos hecho y lo vamos a volver a hacer. Lo hemos demostrado". En su opinión, eso repercutirá en los ciudadanos, que necesitan "saber que al frente de la nave hay timoneles que se ocupan y saben lo que hay que hacer".

Entre otras cosas, enumeró la austeridad; la reforma laboral, de la que criticó que va a llegar después de "dos años mareando la perdiz" que han generado otros dos millones de parados; la reforma educativa; la de la energía, que "no puede costar en España más que la media europea"; y, por último, la del sistema financiero, "sin politizar las cosas".