Mundial. MSF denuncia que miles de migrantes y refugiados viven en situación "desesperada" en Sudáfrica
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Médicos Sin Fronteras (MSF) mostró hoy su "grave preocupación" ante la "desesperada y, en gran medida, ignorada" situación de miles de migrantes y refugiados que llegan y permanecen en Sudáfrica.
A pocos días del comienzo del Mundial de Fútbol en Sudáfrica, MSF denunció que, en este país, "miles de personas vulnerables siguen sufriendo diversos tipos de violencia, se ven obligadas a vivir en condiciones deplorables, sufren acoso policial y ataques xenófobos y carecen de acceso a la atención sanitaria más esencial".
De hecho, esta organización ha sido testigo desde comienzos de este año de "un importante número" de ataques, robos y violaciones perpetradas por bandas violentas a ambos lados de la frontera en la región de Musina, al norte de Sudáfrica.
Además, el riesgo de sufrir agresiones sexuales es alto. De hecho, MSF ha tratado a 120 supervivientes de este tipo de violencia en los primeros cinco meses de este año.
En Johannesburgo, donde MSF atiende un promedio de 2.300 consultas mensuales, sus pacientes siguen enfrentándose al grave riesgo que plantean el hacinamiento al que se ven sometidos y las condiciones de insalubridad en las que tienen que vivir.
Por otro lado, unas 2.000 personas viven alojadas en la Iglesia Metodista Central y unos 30.000 más ponen en riesgo su salud y su seguridad en edificios abandonados de Johannesburgo, que, a menudo, carecen de agua, luz o de los servicios sanitarios más básicos.
Al menos cuatro veces en siete meses miles de habitantes de estos edificios fueron expulsados a la calle por compañías de seguridad privadas, cuyos empleados utilizan palos y balas de goma ante la pasividad de la policía, según MSF.
Médicos Sin Fronteras lamentó que la situación de los migrantes y refugiados "sigue siendo desesperada y, en gran medida, ignorada" un año después de que publicara un informe en el que esta organización dio la voz de alarma sobre la precaria situación sanitaria de las personas que entraban en Sudáfrica y luchaban por sobrevivir en los márgenes de la sociedad sudafricana.
"¿Qué ha cambiado para todas estas personas durante este año? Muy poco. Se siguen jugando la vida para cruzar la frontera, sufren un número espantoso de violaciones a manos de las bandas y luego tienen que afrontar la inseguridad de su estatus dentro del país. Muchos van a Johannesburgo, pero la vida que encuentran allí sigue siendo una amenaza para su salud", afirmó Mickael Le Paih, coordinador general de MSF en Suráfrica.
(SERVIMEDIA)
02 Jun 2010
MGR/gja