En 2009, Boeing también mejoró en reciclaje de residuos sólidos, que se situó en el 68%, frente al 64% el año anterior.

Ese año también gastó un 6% menos de agua en sus instalaciones estadounidenses y redujo su consumo energético y emisiones de CO2 un 0,3%. Sin embargo, generó más residuos peligrosos, lo que atribuye a un incremento de la producción de aviones con respecto a 2008.

La compañía ha mejorado el comportamiento medioambiental de sus aviones comerciales y sigue progresando en el desarrollo de biocombustibles sostenibles para uso comercial y militar.

Sus dos últimos modelos comerciales (787 Dreamliner y 747-8) han mejorado su eficiencia en el consumo de combustible un 16% y un 20%, respectivamente, con respecto a los modelos a los que sustituyen.

La empresa se ha comprometido a mejorar su eficiencia en consumo de combustible y emisiones un 15% en cada nueva generación de aviones comerciales.

Para promover el desarrollo de biocombustibles, la empresa forma parte de organizaciones como Sustainable Aviation Fuel Users Group, de la que es socio fundador, cuyo objetivo es reducir las emisiones de CO2 de la aviación comercial, y también participa en la Iniciativa de Combustibles Alternativos para Aviación, en la Organización Algal para la Biomasa y la Mesa Redonda de Biocombustibles Sostenibles.

La empresa también trabaja en la mejora de la eficiencia del control del tráfico aéreo mundial, con el fin de reducir la huella de carbono de la aviación comercial un 12%.

Según los expertos, una reducción de un minuto en la duración media de los vuelos comerciales podría contribuir a rebajar en 4,8 millones de toneladas las emisiones de CO2 anuales, según Boeing.

Por ello, la empresa ha desarrollado un proceso, denominado “Llegadas programadas” (Tailored arrivals), que permitirá a los controladores adaptar los itinerarios aéreos para reducir el consumo de combustible y emisiones.

Boeing también ayuda a sus proveedores de todo el mundo a reducir su huella medioambiental, recortar el uso de químicos peligrosos y desarrollar tecnologías limpias, a través de su nueva filial Energy Solutions

En 2009 la empresa también adoptó medidas para que todos sus nuevos edificios, y las obras de renovación de los existentes, obtuvieran el distintivo LEED que concede el Consejo para la Construcción Ecológica de EEUU a edificios respetuosos del medio ambiente, que ya han obtenido las renovaciones de sus instalaciones en Kent (Washington) y Houston (Texas) y su nuevo centro de ensamblaje de North Charleston (Carolina del Sur).