Adrados señaló que “cada vez contamos con una mayor presencia de gitanos en todos los ámbitos, pero también es cierto que siguen existiendo situaciones de exclusión por las que debemos seguir trabajando todos, para lograr la plena integración de las personas gitanas”.

Tras considerar que “se están tejiendo los mimbres para poner fin a esa larga historia de discriminación a la que se han visto sometidas las personas gitanas·”, dijo que el acto de hoy, celebrado en la Asamblea de Madrid, es “una manifestación de respeto y reconocimiento al papel que el pueblo romaní ha jugado en la historia de Madrid durante más de cinco siglos”.

Recordó que el 24 de mayo de 1484 se recoge la primera referencia escrita de la presencia de población gitana en Madrid y dijo que hoy, “el prejuicio y la intolerancia, en menor medida que hace años, siguen acompañando a los gitanos".

"Se sigue proyectando una imagen estereotipada de ellos, que nada tiene que ver con la realidad”, consideró.

También se refirió a la situación de las mujeres gitanas y denunció que “sufren situaciones de especial vulnerabilidad por su doble condición de gitanas y mujeres, y ello influye muy negativamente en sus posibilidades de desarrollo e integración”.

Destacó el trabajo de las distintas entidades que se agrupan en torno a la Federación Red Artemisa, dedicadas a potenciar la figura de la mujer gitana, más allá de estereotipos, impulsando el trabajo de mediadoras gitanas como nexo de unión entre culturas.

Finalmente, defendió la integración de la población gitana y dijo que pasa por “acabar con esa imagen negativa de esta comunidad que es la principal causa de esa discriminación que sufren”.

En el acto también intervino Carla Santiago Camacho, presidenta de la Federación Red Artemisa. Al finalizar el acto se desplegó la bandera del Pueblo Gitano y se interpretó el himno internacional gitano “Djelem, Djelem”.