Díaz Ferrán propuso ayer, tras reunirse con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que la ayuda oficial al desarrollo podría limitarse a 2.500 millones de euros en 2010 y 2011 y consideró que los inmigrantes ya envían una cantidad importante de dinero a sus países de origen mediante remesas.

En declaraciones a Servimedia, Sánchez indicó que "España como país se ha comprometido a cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio, como combatir el hambre, que los niños vayan al colegio y reducir la mortalidad infantil y materna, y no puede renunciar a ellos".

Además, señaló que la crisis económica actual afecta sobre todo a los países más desfavorecidos, hasta el punto de que "por primera vez en la historia se ha llegado a la cifra de más de 1.000 millones de personas hambrientas". "Hay que tener un poco de sensibilidad sobre la situación mundial porque es éticamente inaceptable esta situación", añadió.

Sánchez replicó a Díaz Ferrán que no puede vincularse ayuda al desarrollo con inmigración porque "hay muchos países con un índice de desarrollo bajísimo que no tienen inmigrantes en España y no van a recibir ningún recurso".

En este sentido, hizo un llamamiento a los empresarios para que "también sean solidarios con la situación internacional, los más vulnerables y los que más están sufriendo por la crisis, que, aunque nos cueste creerlo, no son los españoles ni las empresas españolas, sino las poblaciones desfavorecidas del sur".

No obstante, Sánchez destacó que las declaraciones de Díaz Ferrán "no transmiten el sentir de todo el colectivo empresarial" porque, según agregó, existe "un colectivo empresarial importante ligado a la responsabilidad social corporativa y que creen en el desarrollo de los países del sur".