El gusano de la cera se 'come' el plástico de las bolsas de la compra

MADRID
SERVIMEDIA

La investigadora Federica Bertocchini, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha descubierto que los gusanos de la cera son capaces de biodegradar polietileno, uno de los materiales plásticos más resistentes que existen, con el que se fabrican bolsas de la compra y envases alimenticios.

Según Bertocchini, "cien gusanos de la cera son capaces de biodegradar 92 miligramos de polietileno en horas”. De ahí que los científicos estudien ahora el mecanismo de degradación, a fin de intentar replicar el proceso a escala industrial.

Cada año se producen en todo el mundo cerca de 80 millones de toneladas de polietileno, un material difícil de degradar y muy resistente.

Las bolsas de plástico, por ejemplo, que están fabricadas con polietileno de baja densidad, tardan cerca de 100 años en descomponerse totalmente (las más densas y resistentes llegan a necesitar hasta 400 años).

De media, cada persona utiliza anualmente más de 230 bolsas de plástico, y esto genera más de 100.000 toneladas de este tipo de residuos.

En la actualidad, los procesos de degradación química son muy largos y pueden prolongarse varios meses, además de que para ello se necesita utilizar líquidos corrosivos como el ácido nítrico.

Esta es la primera vez que un equipo de investigación encuentra algo en la naturaleza capaz de degradar este material, un “auténtico problema mundial” que contamina los ríos, los océanos y gran parte del planeta, explica Bertocchini.

Según los investigadores, la composición de la cera de los panales (donde vive el gusano) es similar a la del polietileno, y éste puede ser el motivo por el que el animal ha desarrollado un mecanismo para poder deshacerse de este plástico.

De hecho, el mismo contacto del capullo en el que se envuelve la crisálida degrada el polietileno.

“Aún desconocemos los detalles de cómo se produce la biodegración, pero existe la posibilidad de que lo haga una enzima. El siguiente paso es detectarla, aislarla y producirla in vitro a escala industrial. Así podremos empezar a eliminar de forma eficaz este material tan resistente”, recalca Bertocchini.

DESCUBRIMIENTO CASUAL

Bertocchini, apicultora aficionada, descubrió esta cualidad de los gusanos de la cera por casualidad.

Un día se dio cuenta de que los panales almacenados en su casa estaban llenos de gusanos, que habían empezado a alimentarse de los restos de miel y cera de sus abejas.

“Decidí retirar los gusanos y dejarlos en una bolsa de plástico mientras limpiaba los panales. Tras tenerlo todo listo, volví a la habitación donde estaban los gusanos y vi que estaban por todas partes, que se habían escapado de la bolsa a pesar de seguir cerrada”.

Comprobó entonces que la bolsa estaba llena de agujeros. "Solo había una explicación: los gusanos habían hecho los agujeros y se habían escapado por ahí. En ese momento empezó este proyecto”, relata la científica del CSIC.

(SERVIMEDIA)
24 Abr 2017
AGQ/caa