Según constata esta organización (a partir de datos recabados en Castilla y León), a pesar de la crisis cada vez son más las familias que celebran la primera comunión por todo lo alto. La inversión media que supone la celebración de este festejo se sitúa en los 3.100 euros, aunque el desembolso es variable según el restaurante, el vestido y los detalles elegidos. Una importante cuantía que, no obstante, respecto al año anterior ya supone una rebaja, dado que se superaban los 3.400 euros.

De este modo, las comuniones se han equiparado, salvando las distancia, a las bodas, lo que se traduce en gastos no tan altos pero sí "sentidos como obligatorios".

De hecho, el número medio de invitados es de 50 y la inversión endeuda muy a menudo a las familias, salvo que opten por un festejo más íntimo y menos numeroso. Además, "muchas no dudan en pedir un crédito para afrontar los gastos de la celebración".

En lo que se refiere al restaurante, los precios de los menús oscilan entre los 35 y los 70 euros.

Junto al banquete, el vestuario es otro de los gastos que más desembolso supone para la familia. En el caso de las niñas, el vestido supera los 300 euros y alcanza fácilmente los 650 si es de organza. A esto hay que sumar los complementos, zapatos, bolsos o guantes y también la peluquería que llega a cobrar hasta 40 euros por un peinado para un día especial. En el caso del niño, la ropa suele ser más barata.

Un traje de almirante cuesta 225 euros, y el de marinero, 165 euros. También está la opción más barata y amortizable de elegir un traje de calle.

La tradicional medalla o cruz de oro, según el tamaño y los kilates, suma unos 190 euros. Por último, el reportaje fotográfico va desde los 100 euros con 10 fotos y un álbum tradicional a los 350 euros por uno digital, a lo que se suma el recordatorio por una media de tres euros por invitado.