Este documento, según informó la ONG, demuestra que el uso de veneno en España como método de control de fauna sigue estando muy extendido y las administraciones no están siendo eficaces para atajar un problema que está poniendo en peligro a muchas especies y poniendo en riesgo su supervivencia.

En los 54 casos graves de envenenamiento de fauna estudiados en el informe se ha confirmado la muerte de más de 900 ejemplares de diferentes especies, muchas de ellas protegidas por la legislación.

El número de casos graves registrados en este periodo se mantiene en una ratio similar a la del informe precedente.

Las especies más afectadas por el veneno son el milano real y el lobo ibérico, aunque siguen siendo numerosos los casos que afectan al águila imperial, el buitre negro y al buitre leonado, y especialmente dañinos los que afectan al quebrantahuesos, el alimoche, la águila perdicera y el lince ibérico.

Ecologistas en Acción recuerda que, a pesar de ser ilegal, el veneno se sigue empleando para matar animales predadores con fines cinéticos en un 48,1% de los casos y ganaderos en un 31,5%. También, "bajo un discutido amparo legal", se usa para tratar presuntas plagas agrícolas como la de topillo campesino en Castilla y León.

Los agentes tóxicos más habituales siguen siendo fitosanitarios como el aldicarb y el carbofurano.

Al comparar los datos obtenidos en 2006-2009 con los de 2010-2015, la organización comprobó que comunidades autónomas como Castilla y León y Castilla-La Mancha siguen acumulando buena parte de los casos más graves.

Para cambiar esta dinámica, Ecologistas en Acción cree necesario incrementar los medios de vigilancia y sanción del uso del veneno con más agentes medioambientales y unas fiscalías implicadas. Además, quiere que todo caso de veneno conlleve la suspensión automática del coto o de la explotación agraria afectada hasta que se recupere el daño causado a las especies.