Díaz compareció este miércoles ante la Comisión para las Políticas Integrales de la Discapacidad de la Cámara Baja con el objetivo de visibilizar la realidad de las personas sordas y exponer sus demandas.

Entre ellas se encuentra el reconocimiento de las lenguas de signos española y catalana con el mismo estatus que las lenguas cooficiales en el territorio español, y declararlas como "bien inmaterial de interés cultural", porque “es un garantía de accesibilidad y participación" y "no siempre se respeta nuestra identidad lingüística igual que se hace con otras lenguas del Estado español”.

Además, insistió que el reglamento que desarrolle esta ley “debe ir acompañado de una memoria económica que permita financiar las propuestas de igualdad para las personas sordas y asegurar su acceso a ámbitos como la educación, la información, la formación para el empleo, la sanidad o las tecnologías de la información y la comunicación”.

En el ámbito educativo, denunció la ausencia o escasez de intérpretes de lengua de signos española o lengua de signos catalana en institutos y universidades, y pidió que se aumente la cantidad de centros que ofrecen educación bilingüe en España. Citó el ejemplo de un centro de Murcia donde el 100% de las personas que optaron por la educación en lengua de signos aprobaron las pruebas de acceso a la Universidad.

Respecto al empleo, reclamó que “se acabe con los prejuicios y barreras que a menudo impiden a estos ciudadanos acceder al empleo ordinario”.

A su vez, hizo referencia a la necesidad de revisar la normativa en prevención de riesgos laborales y ajustarla a la realidad de las personas sordas, “para que no nos limite tanto en la ocupación de puestos de trabajo”.

La presidenta de la CNSE puso especial énfasis en las mujeres sordas en el marco de la violencia de género y urgió un pacto de Estado para frenarla, del mismo modo que pidió atención para las personas mayores sordas.

Para concluir, también dejó claro que las personas sordas no deben elegir entre subtitulado, lengua de signos o lengua oral. "Lo queremos todo y necesitamos tener todas las posibilidades a nuestra disposición y a la de nuestras familias en el caso de los menores de edad. Seremos nosotras mismas quienes decidamos qué usar y qué no a lo largo de nuestras vidas, qué nos resulta útil y qué no. Porque para la CNSE todo suma”, indicó.