El CNI realizó un análisis previo del prisionero que llegó a Madrid desde el penal, el segundo que ya está en España de los cinco a cuya acogida se ha comprometido España, que también han sido estudiados por los servicios de Inteligencia, según indicaron fuentes gubernamentales.

Una vez que este recluso, de nacionalidad yemení, está en España su vigilancia corre a cargo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con la salvaguarda de que vive en España con un permiso de residencia y trabajo concedido en virtud de la Ley Orgánica sobre Derechos y Libertades de los Extranjeros en España y su Integración Social, y disfrute de todos los derechos reconocidos en esta ley.

El preso acogido no tiene causas judiciales pendientes por delitos de terrorismo ni en España ni en ningún otro país de la Unión Europea, ni tampoco en Estados Unidos ni en su país de origen, ni pesa sobre él ninguna reclamación o requisitoria en el ámbito internacional.