López Llorente, a través de una nota del Obispado de Segorbe-Castellón, mostró su “consternación por los hechos denunciados” y añadió que éstos, “de ser veraces, son inadmisibles en la Iglesia y en la sociedad”, por lo que se unió “al dolor de la víctima, de sus padres y la familia, y les pide perdón”.

El obispo fue informado de estos hechos ayer por la mañana, a través de los superiores de la orden de los Carmelitas Descalzos, que le comunicaron las medidas que habían tomado tanto en el ámbito civil (denuncia del caso ante la Fiscalía), como eclesial (medidas cautelares).

Además, López Llorente supo que la orden pensaba prestar "colaboración con las autoridades judiciales para el esclarecimiento de los hechos", medidas que el Obispado de Segorbe-Castellón "comparte y corrobora", según informó esta diócesis.

"Un solo caso de abuso por parte de un sacerdote es inaceptable y es motivo de profundo dolor por la víctima, por la infidelidad del sacerdote a su ministerio y por el debilitamiento de la misma Iglesia, llamada a ser santa. Casos como éste no pueden poner bajo sospecha poco menos que a todos los sacerdotes ni la disciplina del celibato por la que se rigen", añadió.

Finalmente, el Obispado de Segorbe-Castellón destacó "la extraordinaria labor que realizan los Carmelitas Descalzos" en la diócesis y deseó que "un caso como éste no ensombrezca su acción pastoral y la confianza que justamente muchas personas ponen en ellos".