Escarrer apuntó que a la espera una normativa que regularice esta situación, Meliá “potenciará sus marcas y el segmento superior y de lujo”, además de seguir apostando por su liderazgo en hoteles vacacionales, “un ámbito donde el alquiler vacacional no es competitivo".

También señaló que el 2016 ha sido un año “muy positivo” para la compañía, aunque mostró su preocupación de cara al 2017 ante factores como el ‘Brexit’, la inestabilidad y el terrorismo, la nueva presidencia en Estados Unidos o la evolución macroeconómica”.

En este sentido, afirmó que la estrategia de Meliá frente a estos retos será “profundizar en la diversificación internacional de nuestros hoteles, especialmente en los destinos más seguros” como Asia, el Mediterráneo y el Caribe.

Además, señaló que tratarán de consolidar un modelo de negocio gestor y maximizar la coyuntura favorable en España mediante la renovación y reposición de productos vacacionales.

Respecto a posibles fusiones o adquisiciones en el futuro, Escarrer comentó que “el posicionamiento de Meliá no es ser más grandes, sino especializarnos en el segmento vacacional, junto con un crecimiento orgánico en general y a través de alianzas estratégicas”.