Según informó en una nota la Asociación El Defensor del Paciente, se da la circunstancia de que el mismo ginecólogo había sido condenado dos meses antes, por imprudencia con resultado de muerte, a la pena de 45 días de multa.

Los hechos que le llevan ahora a prisión ocurrieron cuando el ginecólogo, el 4 de diciembre de 2005, asistió a una paciente en un hospital de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), tras un embarazo normal.

La mujer ingresó de parto en el centro alrededor de las cuatro de la tarde y dos horas y media después aparecieron signos claros de sufrimiento fetal. Según la Asociación El Defensor del Paciente, el ginecólogo ahora condenado hizo caso omiso a las peticiones de una cesárea y prescribió la administración de oxitocina para acelerar el parto, aumentando con ello el sufrimiento del feto.

Las exploraciones realizadas por el médico tanto a las 20.30 como a las 21.00 horas pusieron en evidencia que el parto estaba estacionado. El ginecólogo ordenó la utilización del fórceps y que se empujara en el abdomen de la madre para extraer el feto, cosa que no se consiguió.

A las 21.50 se practicó una cesárea segmentaria transversa, naciendo el bebé con una afección respiratoria que a pesar del tratamiento prestado no remitió y acabó con su vida el 7 de enero de 2006.