La contaminación por metales pesados en la costa de Barcelona se reduce “drásticamente”, según el CSIC
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Un equipo de investigadores del Instituto de Ciencias del Mar del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha analizado la contaminación por metales pesados en los sedimentos cercanos a la costa de Barcelona y ha observado una “disminución drástica” de este tipo de contaminación.
La investigación, en la que también se han usado datos de la Agencia Catalana del Agua, se ha realizado en la costa situada entre la desembocadura del río Besòs y la playa de la Barceloneta.
“La bajada de metales pesados es, globalmente, de hasta un orden de magnitud”, declaró el investigador del CSIC Albert Palanques, que señaló que “en concreto, hay metales que bajan su concentración a la mitad y metales que se han reducido hasta 20 veces”.
La contaminación por metales pesados en el medio marino se analiza de forma sistemática en varios países para evaluar su impacto y tomar medidas correctoras. Estos contaminantes, principalmente de origen industrial y urbano, incrementaron su presencia en la costa de Barcelona a lo largo del siglo XX.
En la investigación se han analizado los niveles de contaminación por mercurio, cromo, zinc, plomo, cadmio y cobre en los sedimentos superficiales. Para ello se tomaron muestras en los mismos puntos de control entre los años 1987 y 2008, así como en otros testigos (columnas cilíndricas) de sedimentos acumulados durante el último siglo.
El análisis de las muestras tomadas en 1987 revela concentraciones de mercurio hasta 490 veces superiores a las naturales. En el caso del plomo y el cadmio, hasta 40 veces superiores a las naturales, y 17 veces superiores en otros metales como el zinc, el cromo y el cobre. Contrariamente, las muestras de sedimento acumulado a partir de la década de los años 90 presentan unos niveles máximos de mercurio y cadmio entre 20 y 30 veces superiores a las naturales, y de zinc, cromo, plomo y cobre entre 5 y 12 veces superiores.
Los investigadores atribuyen este descenso a la implantación de las normas reguladoras y a la construcción y entrada en servicio, a partir de 1979, de las depuradoras en la cuenca del río Besòs. Actualmente hay 24 plantas de tratamiento de aguas residuales en la cuenca, que tratan más de 840.000 metros cúbicos de agua al día, según datos de la Agencia Catalana del Agua, antes de verterla al mar.
SEGUIR REDUCIENDO
Asimismo, los autores del estudio reconocen que hay que añadir también otros factores que han influido en la reducción de la contaminación, como la restauración ambiental y la construcción de los humedales del Besòs en la década de los 90; los cambios urbanísticos que suprimieron la industria pesada alrededor de la costa, antes de las olimpiadas de 1992, o la implementación de la Directiva Marco del Agua en 2000, que supuso la incorporación de planes de monitorización del estado de las aguas y medidas de tratamiento del agua.
Sin embargo, los científicos advierten de que los niveles de metales pesados en la zona, “aunque reducidos y seguros para garantizar el baño”, deben disminuir más y hay que mantener esa tendencia a la baja.
(SERVIMEDIA)
12 Ene 2017
CJC/caa