La inhibición de una proteína revierte la enfermedad aórtica en el síndrome de Marfan y otras enfermedades similares
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Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han descubierto que la inhibición en ratones de una proteína de la pared arterial, la óxido nítrico sintasa inducible o NOS2, es capaz de revertir la enfermedad aórtica en el síndrome de Marfan y en otras formas de aneurisma.
Los resultados del estudio, publicados este lunes en la revista 'Nature Medicine', sugieren un papel importante de los inhibidores de la proteína NOS2 para el tratamiento de los aneurismas de la aorta torácica.
Por ello, los investigadores ya han contactado con la industria farmacéutica para determinar la eficacia de estos medicamentos en ensayos clínicos con pacientes de Marfan, lo que subraya el carácter traslacional de la investigación.
Un aneurisma es una dilatación o ensanchamiento anormal de una porción de una arteria, debido a una debilidad patológica de la pared del vaso sanguíneo, que puede progresar hasta provocar la rotura del mismo. Se trata de una patología indolente, que durante periodos largos de tiempo ocasiona una sintomatología mínima o nula, pero también virulenta, pues puede experimentar de forma súbita complicaciones catastróficas, a menudo mortales.
Debido a que el riesgo de rotura aórtica aumenta con el grado de dilatación de la arteria, los tratamientos farmacológicos actuales tratan de aminorar la presión sobre la pared arterial. Sin embargo, los fármacos utilizados para el tratamiento de estas enfermedades, incluyendo el síndrome de Marfan, no son capaces de evitar el deterioro de la pared aórtica, por lo que no resultan muy eficaces en la prevención de la rotura.
El tratamiento quirúrgico es el único realmente eficaz, pero no es inocuo, por lo que se indica cuando el riesgo de rotura aórtica es mayor que el de la cirugía. Además, tampoco mejora ni detiene el problema intrínseco de la pared aórtica, que es progresivo y no se confina a un segmento anatómico concreto.
Por ello, los investigadores destacan que resulta imprescindible identificar los mecanismos responsables de la degeneración de la pared aórtica y descubrir nuevas dianas farmacológicas para modificar favorablemente la evolución natural de estas enfermedades.
"Por vez primera hemos mostrado que la inhibición farmacológica de NOS2 no sólo previene la enfermedad aórtica torácica, sino que también tiene capacidad curativa", aseguró el doctor Juan Miguel Redondo, del CNIC.
Asimismo, añadió que “debido a que los inhibidores de NOS2 se han utilizado con seguridad en ensayos clínicos para otras enfermedades, como la artritis reumatoide, la migraña o la endotoxemia, creemos que los inhibidores específicos NOS2 podrían ser utilizados en muy poco tiempo para el tratamiento de la enfermedad aórtica".
El estudio ha sido financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, el CSIC, la Fundación Pro CNIC, la Fundación La Marató, la Red de Investigación Cardiovascular (RIC) y el Ciber de cardiovascular del Instituto de Salud Carlos III.
(SERVIMEDIA)
09 Ene 2017
CJC/caa