Según este balance, los 93 periodistas perdieron la vida en África, Asia Pacífico, América, Europa y Oriente Medio y el Mundo Árabe. Aunque las cifras de 2016 sean menores que las de años anteriores, la FIP advirtió de que “varios informes acreditan el aumento de amenazas, intimidación y autocensura como evidencia de que la libertad de expresión sigue en niveles críticos”.

El año pasado descendió el número de asesinatos en países como Honduras, Libia, Filipinas y Sudán del Sur. Sin embargo, los niveles de violencia aumentaron en Afganistán, Guatemala, Iraq y México debido al terrorismo extremista, los conflictos armados y el crimen organizado.

Yemen, India, Pakistán y Siria forman otro grupo de países en el que se aprecia un cambio leve o inexistente en relación con el número de periodistas y trabajadores de medios asesinados el año pasado.

El presidente de la FIP, Phillippe Leruth, afirmó en una nota informativa que “cualquier disminución de la violencia contra periodistas y trabajadores de medios es bienvenida pero estas estadísticas y los continuos ataques deliberados contra estos profesionales, en la mayoría de casos mortales, dejan poco espacio a la esperanza de ver el final de la actual crisis de seguridad en los medios de comunicación”.

“Estos niveles de violencia en los medios de comunicación deben incentivar la acción de todos aquellos comprometidos con la protección de los periodistas. Estos crímenes no pueden quedar impunes. La FIP y sus afiliados en todo el mundo redoblarán sus esfuerzos para movilizarse con el fin de tomar medidas para eliminar la sombra de violencia que planea sobre el periodismo”.

Según las cifras de la FIP, el Mundo Árabe y Oriente Medio registran el mayor número de asesinatos con un total de 30, seguidos de Asia-Pacífico con 27, América Latina con 24, África con 8 y Europa con 3.