La moción, consecuencia de la interpelación de la semana pasada a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se votó al finalizar la sesión de este jueves pero se debatió el miércoles defendida por el portavoz del PdeCat, Francesc Homs.

Justo antes de subir a la tribuna se había conocido la decisión del Tribunal Constitucional de suspender la resolución del Parlamento de Cataluña que prevé la convocatoria de ese referéndum, y Homs alertó de que el debate en el Congreso podría ser interpretado también como un acto “de desobediencia” o de “rebeldía” e incluso se podría llegar a una petición de “suplicatorio general” de todos los diputados por permitirlo y participar en él.

Homs denunció el “miedo” de los constitucionalistas a consultar a los ciudadanos, y se declaró “contento” de que por primera vez la mayoría de diputados catalanes vayan a votar a favor de esa consulta, algo “importante” que debería generar “algo de reflexión” en quienes se oponen.

Cree que no quieren preguntar por el temor a escuchar “según qué respuestas”, y aseguró con sarcasmo que harán caso del consejo del presidente del Gobierno, Maraino Rajoy, y se alejarán “de quienes quieren acabar con todo, de los extremistas y de los que buscan enfrentamiento”. “Pues eso estamos haciendo”, dijo.

Homs rechazó todas las enmiendas presentadas a la moción. La de Ciudadanos fue defendida por José Manuel Villegas, que acusó a PdeCat de centrarse en el “monotema” obviando los otros 45 puntos propuestos en su día por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y que daban título a la iniciativa pero sin formar parte del contenido.

Lo único que da miedo a los demócratas, le respondió, son los políticos “que se creen por encima de la ley y de los tribunales”. Villegas reprochó a Homs su intento de “engañar” con una moción cuyo enunciado no se corresponde con su contenido, pero le advirtió de que ya “ni engañan ni convencen”.

El PSOE también presentó una enmienda defendida por Meritxell Batet, quien considera falta de claridad la posición del PdeCat porque o bien no saben lo que quieren o bien quieren cosas contradictorias. Por ejemplo, que el Congreso debata los 46 puntos de Puigdemont mientras en su iniciativa solo se centran en uno, o pedir una comisión mientras anuncian que el asunto quedará resuelto en la reunión del próximo día 23.

"UN NUEVO ACUERDO TERRITORIAL"

Batet emplazó a Homs a reconocer “en voz alta” que han llevado a Cataluña a un “callejón sin salida” y reiteró la disposición del PSOE a dialogar sobre esos 46 puntos, incluido un “nuevo acuerdo territorial” con reforma de la Constitución. “Cuando tengan claro lo que quieren podremos empezar ese diálogo”, dijo.

La otra enmienda partió del PP, cuya portavoz, Alicia Sánchez-Camacho, afirmó también que su único miedo es a los políticos que se saltan a los tribunales y arrastran a los ciudadanos a una situación “fuera de la ley”. “No es verdad”, añadió, que la mayoría de los catalanes quieran esa consulta, salvo que se pretenda dejar sin voz a más de siete millones de catalanes.

Sánchez-Camacho reiteró que el Gobierno y el PP tienen la mano tendida para superar “la fase de agravios” y le pidió que no persiga “quimeras imposibles que solo generan frustración”. Donde nunca estará su partido, “ni ahora ni nunca”, advirtió, es en una comisión “que pretende hablar para romper España”.

En nombre de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, Xavier Domènech insistió en que muchos constitucionalistas ven margen para debatir si se puede o no convocar un referéndum, y por ello cree que puede haber una comisión que lo haga.

De hecho, pese a no otorgar “ninguna legitimidad” al Tribunal Constitucional, subrayó que no ha suspendido la resolución en la que el Parlamento de Cataluña habla de la posibilidad de un referéndum acordado.

Domènech reprochó al PSOE que se considere defensor del federalismo cuando “lo matan día a día” al arrojarlo “en contra” de otras opciones, y a Ciudadanos que toda su alternativa sea la financiación autónomica, algo que hubiera estado bien en enero de 2014. El diálogo no es retórica, alertó al PP, sino reconocer a los interlocutores y la legitimidad de todas las propuestas para empezar a hablar.

"CON DIÁLOGO O SIN DIÁLOGO"

Ester Capella anunció el voto favorable de ERC a pesar de que no creen oportuno que una comisión aborde ese debate porque creen que la única negociación debe ser entre los dos gobiernos. Lo respaldan, explicó, para que nadie dude de que su partido está dispuesto a apoyar “cualquier propuesta de diálogo”.

No obstante, pidió que tampoco se dude de que “con diálogo o sin diálogo” y diga lo que diga el Tribunal Constitucional Puigdemont y Junqueras serán “leales al mandato democrático que tenemos para decidir sí o sí el futuro de Cataluña mediante un referéndum”.

En nombre del PNV, Mikel Legarda anunció el voto a favor por entender que el fondo de la propuesta es buscar una solución política “frente a la judialización de la política”.