La declaración, aprobada por unanimidad de los partidos representados en el Congreso, fue leída antes de la votación por la secretaria primera de la Mesa, Alicia Sánchez-Camacho.

Con ella, los parlamentarios subrayan que el VIH es todavía un problema de salud pública. Desde que se detectó por primera vez, 78 millones de personas en el mundo han contraído la infección y 35 millones han fallecido por enfermedades relacionadas. En 2015 unos 36,7 millones de personas convivían con el virus y este año se han contagiado otros 3 millones, 150.000 de ellos niños.

El Congreso expresa su compromiso con un día que pretende sensibilizar, concienciar y actuar contra la enfermedad para alcanzar los objetivos definidos por la ONU para 2020: que el 90% de las personas infectadas conozcan su estado serológico, que el 90% reciba el tratamiento retroviral y que de ellas el 90% llegue a la carga viral indetectable. Con ello se pretende haber puesto fin a la epidemia en 2030.

Los "evidentes" avances en la lucha contra el sida en España, dice la declaración, no pueden ocultar el hecho de que aún es necesario centrar los esfuerzos en el primero de esos objetivos y en derrotar el "estigma social" que comporta la enfermedad.

Los enfermos de sida, alerta, no solo necesitan tratamiento médico y farmacológico, sino "derribar el muro de cristal" que les impide acceder al pleno ejercicio de sus derechos, y por ello el Congreso reclama "medidas efectivas" para eliminar esas discriminaciones.

El Congreso pide políticas consensuadas para "aunar un marco estable de actuación", reitera su compromiso con el Fondo Global contra el sida, la malaria y la tubercolosis y reclama campañas de concienciación y de promoción para el diagnóstico precoz.

Finalmente, la Cámara expresa su recuerdo a quienes han fallecido por la enfermedad, a quienes aún la sufren y a las organizaciones y los profesionales que dedican su vida a luchar contra ella.