El 80% de las familias de Siria tienen problemas para comer o comprar alimentos
- La ONU alerta de que la producción alimentaria en este país cae a su mínimo histórico
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Cerca del 80% de las familias de Siria se enfrentan actualmente a la escasez de comida o de dinero para comprarla porque la producción alimentaria del país se encuentra en su mínimo histórico debido a que la inseguridad generalizada y las condiciones meteorológicas desfavorables en algunas zonas siguen obstaculizando el acceso a la tierra, a los suministros agrícolas y a los mercados, haciendo cada vez más difícil para los agricultores conservar sus medios de subsistencia y alimentar a un país asolado por la guerra.
Así lo advirtieron este martes la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), que difundieron un último informe de su Misión de Evaluación de los Cultivos y la Seguridad Alimentaria (Mecsa) en el que se demuestra que “muchos agricultores han perdido la capacidad de seguir resistiendo” tras más de cinco años de guerra en Siria.
"Hoy en día, observamos que casi el 80% de los hogares en toda Siria se enfrentan a la falta de alimentos o de dinero para comprarlos, y la situación sólo va a empeorar si no apoyamos a los agricultores para que puedan conservar sus tierras y sus medios de vida", aseguró Abdessalam Ould Ahmed, director general adjunto y representante regional de la FAO para Oriente Próximo y Norte de África.
Muhannad Hadi, director regional del PMA para Oriente Medio, África del Norte, Asia Central y Europa del Este, indicó que “la situación de inseguridad alimentaria de millones de personas en Siria continúa agravándose, con más de siete millones de personas padeciéndola en todo el país y que han agotado los ahorros de toda una vida y ya no pueden poner alimentos en la mesa de sus familias".
Ambas agencias de la ONU indicaron que el aumento de los precios y la escasez de insumos esenciales (como fertilizantes y semillas) significan que los agricultores no tendrán otra opción que abandonar la producción de alimentos si no reciben ayuda inmediata, lo cual podría tener graves consecuencias no sólo para la seguridad alimentaria de las familias campesinas, sino también para la disponibilidad de alimentos en el país y, en última instancia, puede conducir a nuevos desplazamientos de población.
CULTIVOS
El informe de la Mecsa señala que la superficie plantada con cereales en la temporada agrícola 2015-16 es la más reducida registrada hasta ahora. Los agricultores sembraron unas 900.000 hectáreas de trigo en el último año, frente a los 1,5 millones de hectáreas de antes de la guerra. Y la producción muestra un descenso aún más drástico, de un promedio de 3,4 millones de toneladas de trigo recolectado antes del conflicto a 1,5 millones de toneladas este año (un 55% menos).
Además, apunta que el acceso a semillas de calidad, fertilizantes, maquinaria y combustible para operar bombas y tractores es limitado debido a la crisis actual y a las sanciones asociadas, que han afectado al comercio y a los mercados. “Los insumos que están disponibles en los mercados locales son, con frecuencia, caros y de dudosa calidad”, añade.
La escasez de lluvias y la destrucción de valiosas infraestructuras de riego han empeorado la situación de los productores sirios, que intentan seguir obteniendo alimentos en circunstancias adversas. En algunos casos, esto ha llevado a los agricultores a pasarse de cultivos valiosos y nutritivos a otros más resistentes pero menos nutritivos, como la cebada.
GANADERÍA
Por otro lado, el informe de la FAO y el PMA indica que los productores ganaderos están sufriendo también las consecuencias de la guerra porque mantener a sus animales se hace cada vez más difícil y costoso, y muchas familias que viven de la ganadería se han visto obligadas a vender o sacrificar sus ovejas, cabras y aves de corral.
Los continuos enfrentamientos y la inseguridad generalizada siguen limitando el acceso a las tierras de pastoreo y las fuentes de agua, mientras que muchos pastores no pueden permitirse el adquirir piensos. Esto ocurre particularmente en zonas con gran número de desplazados internos que se llevaron consigo su ganado al abandonar sus hogares. Mientras tanto, el servicio veterinario del país se está quedando sin vacunas y medicamentos habituales, lo que hace más difícil para los ganaderos mantener a sus animales sanos y productivos.
Como resultado, Siria (que antes exportaba ganado) ha visto su cabaña ganadera reducirse significativamente desde el comienzo de la crisis. Hoy en día, hay un 30% menos de ganado vacuno, un 40% menos de ovejas y cabras, y un 60% menos de aves de corral, considerada tradicionalmente la fuente más asequible de proteínas animales en el país.
PRECIOS Y COMERCIO
Por otra parte, la escasez generalizada y los recortes en los combustibles y algunos subsidios alimentarios se suman a la creciente inflación y la depreciación de la libra siria, limitando aún más la capacidad de los sirios para costear importaciones esenciales.
En los últimos 12 meses, han subido los precios de los productos agropecuarios. Debido a las sanciones económicas, las interrupciones del mercado y el menor valor de la libra siria, los precios de los insumos agrícolas han subido más que los productos finales. En consecuencia, los agricultores están sufriendo cuantiosas pérdidas.
Además, prevalecen los bloqueos al transporte y los mercados fragmentados, ya que los productores, transportistas y comerciantes se enfrentan a costos extremadamente altos y problemas de seguridad, lo cual ha llevado a un excedente de oferta en el noroeste de Siria, mientras que el oeste depende fundamentalmente en las importaciones. Este hecho ha provocado que se acumulen en el noreste del país existencias de trigo sin vender, mientras que el oeste depende en gran medida de las importaciones.
9,4 MILLONES DE NECESITADOS
El informe indica que muchos agricultores se ven obligados a agotar sus reservas de semillas, a pedir prestado a familiares y vecinos, o comprar semillas caras del mercado porque el conflicto ha reducido la capacidad del Gobierno para adquirir y distribuir semillas de buena calidad a precios subvencionados.
Desde 2011, la guerra ha obligado a abandonar sus casas a cerca de 11 millones de personas, de las cuales 4,8 millones han huido a países vecinos. Muchos de los desplazados dentro de Siria se han visto obligados a cambiar de lugar de residencia ya en múltiples ocasiones.
Según las últimas encuestas, cerca de 9,4 millones de personas en Siria necesitan ayuda, unas 716.000 más que en septiembre de 2015. Las gobernaciones con un mayor aumento de personas necesitadas son Quneitra, Daraa, Damasco, Idleb y Alepo.
(SERVIMEDIA)
15 Nov 2016
MGR/caa