El detenido habría estado esperando su momento desde muy temprano, mientras simulaba realizar operaciones en el cajero automático de la entidad, según explicó la Policía Nacional.

Cuando llegaron las dos empleadas para abrir la oficina, el supuesto atracador las amenazó con un arma blanca para que le dieran acceso a la caja fuerte.

Debido al complejo sistema de seguridad, las trabajadoras no pudieron atender a sus exigencias, por lo que el frustrado atracador decidió marcharse con los bolsos de las empleadas, que llevaban un total de 110 euros en metálico.

Para confundir a los investigadores, el malhechor olvidó deliberadamente una tarjeta de crédito a nombre de otra persona. Sin embargo, la treta no despistó a los agentes, que pudieron localizarle tras activar un dispositivo de búsqueda, siendo detenido a las pocas horas de cometer el atraco frustrado.

Los agentes, pertenecientes a la Brigada Provincial de Policía Judicial, localizaron en su vivienda todos los efectos sustraídos a las empleadas, así como la ropa que vestía en el momento de cometer su intento de atraco.