Las 'Madres de Soacha' utilizan el teatro para “transformar el dolor en fuerza para persistir”

MADRID
SERVIMEDIA

La Fundación Internacional Baltasar Garzón acogerá este miércoles, a las 19.00 horas, la obra de teatro ‘Antígonas. Tribunal de Mujeres’, en la que nueve mujeres víctimas del conflicto colombiano narran quiénes son sus familiares o compañeros desaparecidos o asesinados a través de sus objetos personales, como una fotografía, una camisa, un juguete o una Biblia.

La obra cuenta con la participación de tres de las 'Madres de Soacha' que narran cómo “los militares asesinaron a sus hijos para presentarlos como dados de baja en la guerra, cuando no tenían nada que ver”, pero aseguran que “el dolor que sufren las madres al hacer la obra se transforma en fuerza para persistir en la existencia”.

El director de Tramaluma Teatro, Carlos Satizabal, explicó que entre las mujeres se encuentran “tres de las 'Madres de Soacha', dos supervivientes del genocidio cometido contra el partido político Unión Patriótica, una dirigente estudiantil víctima de montajes judiciales y una injusta prisión, mujeres defensoras de derechos humanos víctimas de la seguridad del Estado, así como actrices y artistas de la creación escénica como la danza, la música, el canto, el video y la poesía”.

Por su parte, el presidente de la Fundación, Baltasar Garzón, explicó que los hijos de las 'Madres de Soacha' eran “chavales que no tenían nada que ver con el conflicto”, es decir “no eran guerrilleros, ni tenían intención”, pero “fueron raptados y asesinados porque no iban a dar problemas”, porque sus familias no tenían recursos para investigarlo ni poder para denunciarlo”.

En este sentido, añadió que sus muertes “eran útiles” porque “acreditaban que había más bajas de supuestos guerrilleros” y de esta manera, según detalló Satizabal, “inflar los indicadores de gestión y así conseguir recompensas como ascensos o días libres” y provocar “una competencia interna en el ejército”.

TESTIMONIOS DE LAS MADRES

María Ubilerma Sanabria, madre de Jaime, relató cómo su hijo de 16 años “fue asesinado por la Brigada Colombia 15 y lo tiró a una fosa común acusado de ser narcoguerrillero”. Ubilerma detalló que su hijo, que murió el 8 de febrero de 2008, recibió “un tiro en cada pierna y un tiro de gracia” y ella se pregunta que “si desapareció el día 6, ¿en qué momento se hizo guerrillero?”

De la misma manera, Luz Marina Pernal, informó de que su hijo, el cual “tenía una discapacidad y no sabía leer, ni escribir, no sabía el valor del dinero y tenía el cerebro propio de un niño de 8 años”, recibió “hasta 13 impactos de bala, de los cuales, dos destrozaron el lado izquierdo del rostro”.

Pernal, que todavía está pagando el préstamo que pidió para poder enterrar los restos mortales de su hijo, afirmó que en el informe del ejército su hijo Fair Leonardo Porras figuraba como “jefe de la organización narcoterrorista”, lo cual resultaba “imposible”, teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba.

ABANDONAR EL ODIO

Satizabal señaló que “es muy importante que un país que ha vivido lo que nosotros hemos vivido construya una memoria poética del conflicto”, que permita “compartir la verdad de lo sucedido y transformar el dolor, el horror y la tragedia en fuerza para persistir en la existencia y cambiar los imaginarios del odio y la venganza en imaginarios proclives al cuidado, a la reconciliación de otro país”.

Por último, reconocieron que “el ‘no’ de Colombia al plebiscito de paz nos dolió mucho, fue algo que sacudió a todo el país” y aseguraron que “faltó pedagogía y conocimiento de los acuerdos que se llevaron a cabo en La Habana”.

(SERVIMEDIA)
02 Nov 2016
CJC/gja