A la salida de la votación, Robles declaró que había cumplido con su convicción y su compromiso con los votantes socialistas, que para ella son lo más importante "sean cuales sean las consecuencias" en forma de sanciones del grupo parlamentario; al no ser militante del PSOE, el partido como tal no podría imponerla ninguna. "A estas alturas de mi vida no temo nada", comentó.

"Con todo el respeto para los que han votado abstención, creo que no es un día bueno para el PSOE", enjuició, a la vez que apostaba ahora por hacer oposición contra las políticas del Gobierno del PP.

Finalmente, se mostró comprensiva con María González Veracruz y Adriana Lastra, que verbalizaron "abstención, por imperativo" cuando la Mesa del Congreso pronunció sus nombres para que votaran: "Son personas que han sufrido mucho, que habrían querido votar no, pero el aparato del partido se ha impuesto en este caso. Sé que ellas están en conciencia con nosotros".