La salud de más de 320 millones de personas, en riesgo por el aumento del agua contaminada
- En Asia, África y América Latina, según la ONU
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Hasta 323 millones de personas de Asia, África y América Latina están en riesgo de infección de enfermedades causadas por patógenos en el agua debido a la creciente contaminación hídrica, lo que les sitúa bajo la amenaza de enfermedades mortales como el cólera y la fiebre tifoidea, según advierte el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) en un informe titulado ‘Panorama de la calidad del agua en el mundo’ y hecho público este martes.
Esta agencia de la ONU señala en su informe que las aguas superficiales de estos tres continentes han experimentado un “aumento preocupante” de contaminación, lo que amenaza con dañar también las fuertes vitales de alimentos y las economías de estas regiones, además de reproducir aún más la desigualdad, que golpea a las personas más vulnerables (mujeres, niños y pobres).
“La creciente cantidad de aguas residuales que se vierten en nuestras aguas superficiales es muy preocupante. El acceso al agua de calidad es esencial para la salud humana y el desarrollo humano. Ambos están en riesgo si no somos capaces de detener la contaminación”, subrayó Jacqueline McGlade, directora científica del Pnuma.
No obstante, McGlade indicó que, “afortunadamente, es posible comenzar la restauración de los ríos que han sido ya muy contaminados y aún queda tiempo para evitar que aún más ríos se contaminen”, y consideró “de vital importancia que el mundo trabaje en conjunto para combatir esta creciente amenaza”.
El Pnuma indica que las principales razones de ese “aumento preocupante” de la contaminación de las aguas superficiales en Asia, África y América Latina son el crecimiento demográfico, el aumento de la actividad económica, la expansión y la intensificación de la agricultura, y un aumento de la cantidad de aguas residuales no tratadas que acaban e ríos y lagos.
De hecho, asegura que la contaminación orgánica y de patógenos se han incrementado en más del 50% de los tramos fluviales entre 1990 y 2010 en esas tres regiones geográficas, mientras que la debida a la salinidad ha aumentado en casi un tercio.
TIPOS DE CONTAMINACIÓN
Por otro lado, la contaminación de patógenos se ha expandido por la expansión de los sistemas de drenaje de aguas residuales sin tratar, lo que afecta a cerca de una cuarta parte de los tramos fluviales de América Latina, entre un 10 y un 25% de los de África y hasta la mitad de los de Asia.
En algunos países, más del 90% de la población depende de las aguas residuales como fuente de agua potable, lo que supone una grave amenaza para la salud humana porque se utilizan para cocinar o el riego de cultivos.
El Pnuma indica que cerca de 3,5 millones de personas mueren cada año por enfermedades asociadas con patógenos en el agua, como el cólera, la fiebre tifoidea, la hepatitis infecciosa, la poliomielitis, la criptosporidiosis, la ascariasis y las enfermedades diarreicas. Muchas de ellas se deben a la presencia de los residuos humanos en el agua y se cree que hasta 25 millones de personas están en riesgo de infección en América Latina, 164 millones en África y 134 millones en Asia. “La solución no es solo construir más alcantarillas, sino también el tratamiento de aguas residuales”, apunta.
Por otra parte, la contaminación orgánica severa, que se produce cuando grandes cantidades de compuestos orgánicos descomponibles se liberan en el agua, afecta a uno de cada siete kilómetros de tramos fluviales de América Latina, África y Asia.
La contaminación por salinidad llega ya a una décima parte de los ríos de esas tres regiones. Esto se produce cuando se vierten las aguas residuales de minas de sal, sistemas de riego y hogares en ríos y lagos, de manera que dificulta a los agricultores más pobres el riego de sus cultivos.
Por último, el informe del Pnuma señala que la intensificación de la agricultura debido a la creciente satisfacción de demanda de alimentos para una población en auge ha provocado un aumento de la cantidad de fósforo en fertilizantes y pesticidas, que contaminan las aguas, y que la mayoría de los grandes lagos de América Latina y África tienen ahora mayores niveles de fósforo que en 1990.
(SERVIMEDIA)
30 Ago 2016
MGR/gja