Según informó la Guardia Civil, lo que llamó la atención de sus funcionarios fue que la parcela no estuviera vallada y careciera de sistemas de riego, por lo que sospecharon que alguien tendría que acudir a cuidar de las plantas. A partir de aquí, establecieron una “discreta vigilancia”, al tiempo que averiguaron a quién pertenecía la propiedad.

Tras localizar al dueño, un hombre español de 57 años, procedieron a su detención y al registro de su casa, donde encontraron otras siete plantas de marihuana en la terraza. Más tarde, esta persona confesó que dos jóvenes de 22 y 23 años le ayudaban a mantener la plantación a cambio de una parte para consumo propio.

Estos dos jóvenes, uno de nacionalidad colombiana y otro española y a los que se les imputa un delito contra la salud pública y de cultivo de drogas, se supone que realizaban labores de mantenimiento, recolección y secado de la marihuana que poseía el otro detenido, al que le solían comprar la mercancía.