Según informó AUME, los militares que se incoporen a sus destinos después del verano se encontrarán con una nueva regulación que incorpora dos aspectos “muy importantes” para su calidad de vida y para la conciliación de su vida personal y profesional: la regulación de los horarios y de su jornada laboral.

Desde su punto de vista, el Ministerio de Defensa propina un “nuevo revés” a los derechos de los militares al “reducir y cercernar” sus descansos, regular los horarios “en función del jefe de turno, de tal forma que vuelve a aparecer en las Fuerzas Armadas un estado de servidumbre, impropio de unas Fuerzas Armadas modernas, propias de un Estado democrático y de derecho”.

AUME anunció que recurrirá esta orden ante la jurisdicción contencioso-administrativa y subrayó que la conciliación familiar “desaparece y no es tenida en cuenta”.

Esto les sirvió para censurar que no se tiene en cuenta la disponibilidad permanente y su configuración legal en la Ley Orgánica de Derechos y Deberes de las Fuerzas Armadas, no se delimitan las necesidades del servicio, no se definen las necesidades operativas, no se regulan ni retribuyen las horas extraordinarias ni se pagan las guardias.

“El Ministerio de Defensa en funciones, muy sensible con la industria de defensa y las puertas giratorias es totalmente insensible a los derechos al descanso y a la conciliación familiar de los militares”, sentenció el colectivo.