Según los datos aportados por AESA a Servimedia, las dos causas mayoritarias por las que se han impuesto estas sanciones son no ser un operador habilitado y el sobrevuelo de zonas no permitidas. La sanción más alta ascendió a 8.000 euros y la más baja fue de 300 euros.

Hasta la fecha se han registrado 1.530 operadores, 2.957 drones y 2.658 pilotos. Además, se han autorizado 83 vuelos de demostración o de investigación y hay autorizadas 70 escuelas que imparten cursos de piloto de drones.

Para poder utilizar un dron de forma profesional es necesario habilitarse y estar registrado en la AESA, contar con un seguro de responsabilidad civil específico para aeronaves, ser piloto de drones, es decir, tener conocimientos teóricos de aeronáutica y prácticos del dron que se va a pilotar, además de tener un certificado médico en vigor y ser mayor de 18 años.

Además, se debe tener en cuenta que no se puede operar sobre zonas urbanas ni aglomeraciones de personas, como pueden ser conciertos, bodas, procesiones, manifestaciones o playas.

Tampoco se pueden usar de noche, ni cerca de aeropuertos, aeródromos, helipuertos o donde se realicen vuelos con otras aeronaves a baja altura, como las zonas de parapente, ultraligeros o paracaidismo.

También hay que tener en cuenta que la normativa europea establece que ninguna aeronave podrá conducirse negligente o temerariamente de modo que ponga en peligro la vida o propiedad ajenas.