Tras este fenómeno (la ola de calor número 85 desde 1975), las previsiones apuntan a temperaturas normales para la época estival, según explicó a Servimedia el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, Alejandro Roa.

El episodio de calor dejó temperaturas especialmente altas en zonas como las provincias de Córdoba y Sevilla. Por ejemplo, este martes la localidad sevillana de Carmona registró una máxima de 42,6 grados centígrados. El calor también se sintió en el centro peninsular (con 40 grados datados en el municipio madrileño de Aranjuez) y en el norte. Irún (Guipúzcoa) registró este martes 38,6 grados.

Según el portavoz de la Aemet, la ola de calor ha causado molestias incluso en horario nocturno. La pasada noche las mínimas han sido bastante altas, lo que ha dificultado el sueño a muchos españoles. En Navahermosa (Toledo) la Aemet ha registrado 28,6 grados centígrados.

Tampoco ha sido una noche fresca en Madrid capital, donde en la zona de Retiro ha habido 26,9 grados. En las provincias de Jaén, Córdoba y Sevilla los termómetros no han bajado de los 26 grados.

Roa concretó que este miércoles es “el último día de ola propiamente dicha, pues ya está refrescando en las zonas del norte y del interior, aunque todavía en el Mediterráneo, desde Cataluña a Cádiz, pueden subir los termómetros”.

BAJADA ESPECTACULAR

Por el contrario, el Cantábrico será protagonista esta jornada de una “espectacular bajada” de entre 10 y 15 grados de diferencia con las temperaturas que se han dado en los últimos días. Por ejemplo, la máxima prevista para Bilbao, que llegó a los 41 grados, es de 24 grados. En las zonas del interior peninsular el descenso de los termómetros se notará entre 2 y 4 grados.

El portavoz de la Aemet recalcó que los avisos naranjas irán desapareciendo de las previsiones, ya que se producirá un descenso continuado hasta el sábado en las temperaturas. El viernes sólo hay aviso amarillo en Baleares y Málaga.

AIRE AFRICANO

Alejandro Roa también explicó que el aire africano procedente de Canarias que ha afectado a la península y Baleares en las últimas horas se debe a una "masa inestable de polvo en suspensión" que puede producir precipitaciones leves, pero que se despejará en breve.

Así, de cara al fin de semana, “las temperaturas parecerán fresquitas” tras las que ha habido con la ola de calor, y el cielo estará en general despejado en toda España, salvo las nubes bajas que el viento del norte arrastrará en la zona del Cantábrico, los Pirineos y Sistema Ibérico, donde refrescará.