Las ‘bombas incendiarias’ están sin identificar en el 86% de la masa forestal de España

- El 55% de los fuegos son provocados, según WWF

MADRID
SERVIMEDIA

WWF lamentó este jueves que el Gobierno español y las comunidades autónomas no han identificado "de manera coherente" las zonas de alto riesgo de incendio o “bombas incendiarias” en el 86% de la superficie forestal, como obliga la Ley de Montes, lo que invalida cualquier medida efectiva de prevención del fuego, por lo que urgió a las administraciones a que actúen antes de que lo hagan las llamas.

Ésta es una de las conclusiones de su informe ‘Dónde arden nuestros bosques’, presentado este jueves en una rueda de prensa en Madrid. El estudio destaca que el impacto de los grandes incendios forestales (los que queman más de 500 hectáreas) aumenta cada año y que en 2015 fueron el doble de grandes que la media de la última década.

El secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, consideró “inaceptable” que el 86% de la superficie forestal española carezca de catalogación de las zonas de alto riesgo de incendio e instó a las administraciones española y autonómicas a identificar “dónde están las bombas incendiarias” antes de que termine este año con el fin de “saber en qué condiciones se encuentran para poder elaborar planes específicos de prevención que reduzcan su vulnerabilidad”.

La autora del informe y responsable del programa de Bosques de WWF España, Lourdes Hernández, destacó que después de dos buenas campañas en 2013 y 2014, en cuanto se registró un verano seco y caluroso como el de 2015 volvieron a arder los montes españoles, puesto que casi 12.000 siniestros quemaron 103.200 hectáreas, la misma superficie que durante los dos años anteriores.

Hernández apuntó que la extinción se ha convertido en “el punto fuerte en la lucha contra los incendios”, puesto que hasta el 65% de los siniestros se apagan en la fase de conato (cuando arde menos de una hectárea) y el 99,88% se extinguen antes de que recorran 500 hectáreas y se conviertan en un gran incendio forestal.

Subrayó que entre 2006 y 2015 hubo una reducción del 37% en el número de siniestros respecto a la década anterior y del 20% en cuanto a la superficie afectada, pero precisó que estos descensos no van acompasados porque “en menos incendios se quema más” debido a que “los montes están abandonados” porque el 80% del presupuesto contra el fuego se destina a extinción y sólo un 20% a prevención.

Hernández añadió que el número de grandes incendios forestales se mantiene constante y estos siniestros “son cada vez más grandes e ingobernables, y cuesta más a los dispositivos de extinción sofocarlos”. De hecho, los “superincendios” del año pasado fueron especialmente destructivos y casi un 50% más grandes respecto a la media del último decenio.

“En un contexto de cambio climático, es una tendencia muy peligrosa. Los expertos dicen que con el estado en el que están los montes ahora mismo y con el calentamiento global no vamos a poder seguir manteniendo las tendencias de reducción en incendios y superficie afectada a lo ser que cambiemos de enfoque. La prevención de los grandes incendios forestales es la grandísima asignatura pendiente”, explicó.

POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS

Por otro lado, Hernández apuntó que las comunidades autónomas donde impactaron más los grandes incendios forestales entre 2001 y 2015 son Canarias, Comunidad Valencia, Castilla y León, Aragón y Andalucía. En cuanto a la superficie afectada, destacan Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana y Aragón, que concentran entre el 76 y el 95% del territorio quemado por los grandes fuegos. Con ello, las autonomías más vulnerables son, según WWF, Aragón, Canarias y Comunidad Valenciana, seguidas de Aragón, Castilla y León y Cataluña.

Hernández indicó que prevenir los grandes fuegos pasa por conocer las zonas de alto riesgo de incendio, algo que exige la Ley de Montes, y culpó al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de no elaborar unos criterios homogéneos para todas las comunidades autónomas. En este sentido, WWF suspende a Cataluña, Comunidad Valenciana, La Rioja, Navarra y País Vasco.

Por ello, Hernández recalcó que los programas de desarrollo rural recientemente aprobados suponen una ocasión para revertir el modelo y apostar por bosques más resistentes a las llamas, en vez de priorizar las acciones de apoyo a la extinción, cuando el 96% de los incendios se deben a causas humanas, de ellos el 55% con un origen intencionado y un 23% por negligencias y accidentes.

Por último, Del Olmo enumeró algunas peticiones a las comunidades autónomas, como mejorar la identificación de los causantes y “la aplicación efectiva y ejemplar de sanciones y condenas”, ya que algo más de la mitad de los incendios son provocados; promover programas de sensibilización y divulgación ambiental efectivos y poner en marcha programas de intervención social en las regiones de gran incidencia de fuegos.

“Las comunidades autónomas deben identificar, cuantificar y cartografiar dónde están esas zonas de alto riesgo de incendios para que se pongan en marcha planes específicos, que serán diferentes dependiendo de la tipología de la zona, de manera que podamos prevenir los grandes incendios forestales”, concluyó.

(SERVIMEDIA)
07 Jul 2016
MGR/gja