Así lo denunció este jueves World Vision, en el contexto de los desplazamientos que muchas familias que residen en España hacen a sus lugares de origen, donde las niñas “entran en riesgo de formar parte de prácticas culturales como la ablación o los matrimonios infantiles”.

“Estas formas de violencia contra la niñas, además de terribles consecuencias físicas, suponen un daño añadido, ya que se ven sometidas a una práctica cultural a la que son ajenas”, recalca la ONG, que recuerda que recientemente cuatro menores residentes en el País Vasco fueron víctimas de la ablación durante su viaje de vacaciones a Mali, el país de origen de sus padres.

Por ello, la organización llama a trabajar en esta problemática desde los países donde perduran estas prácticas, como dice hacer en el ámbito de la información sobre las consecuencias físicas que tiene la mutilación genital y buscando el apoyo de personal local.