En un comunicado, Unicef denunció el aumento de los ataques contra civiles durante las pasadas semanas en Siria, en los que decenas de niños han resultado muertos.

Hanaa Singer, representante de Unicef en el país,indicó que "como otros niños alrededor del mundo, la infancia siria debería estar preparándose para las vacaciones de verano y no escapando y escondiéndose de las bombas y las balas”

“Al entablar conversación con los niños nos cuentan historias traumáticas”, pues “muchos han sido testigos de niveles horribles de violencia y han quedado profundamente traumatizados”, explicó.

Según Singer, "algunos dejan de poder dormir o tienen pesadillas; muchos han perdido el oído por culpa de los constantes bombardeos y algunos se ponen a llorar de golpe”. “Temblando de miedo nos cuentan lo mucho que les aterrorizan las bombas y los misiles. Hay niños que dejan incluso de poder hablar, y donde sea que estén, viven con el miedo constante de no saber cuándo se producirá el siguiente ataque”.

“¿Qué les decimos a los niños en Siria que nos siguen preguntando, una y otra vez, cuándo terminará esto?”, se preguntó Singer.