Dos de cada tres estocadas en la Feria de San Isidro fueron “ineficaces” para matar el toro
- Según la asociación de veterinarios Avatma
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
Cerca de dos de cada tres estocadas a toros en la última Feria de San Isidro, que se celebró del 6 de mayo al 5 de junio en la madrileña plaza de toros de Las Ventas, fueron “ineficaces” porque no seccionaron importantes vascos sanguíneos de la cavidad torácica del animal y no produjeron la rápida caída de los morlacos sin ser necesario el uso del descabello.
Así lo afirma la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal (Avatma) en un informe que analiza las 27 lidias a pie celebradas en la Feria de San Isidro (23 corridas y 3 novilladas).
El informe recuenta 229 pinchazos, 116 estocadas y 116 descabellos que se aplicaron a los 156 bovinos utilizados, ninguno de los cuales recibió el indulto, con lo que hubo 551 acciones en las que se clavaron objetos punzantes a los animales.
“A ellas hay que sumar las lesiones provocadas por las divisas, los puyazos, las banderillas y la puntilla, además del enorme sufrimiento físico y emocional que supuso para estos animales su lidia y todas las manipulaciones anteriores a la misma: la separación de su grupo, el transporte, la espera en los corrales dela plaza y la soledad de los chiqueros en las horas previas a su salida al coso”, apuntó Avatma.
63 AVISOS A LOS MATADORES
Además, el informe indica que sólo 61 de las 166 estocadas contabilizadas durante el último tercio de las corridas se pueden considerar a priori “realmente eficaces”, es decir, que seccionan vasos sanguíneos de la cavidad torácica y producen la caída de los toros sin que se utilice el descabello.
No obstante, añade que en ciertos casos se precisó el empleo del verduguillo para hacer doblar las manos a los animales, ”poniéndose en duda, por tanto, la ‘eficacia’ de algunas de esas 61 estocadas”, y subraya que hubo 229 pinchazos (intentos frustrados de clavar la espada en el toro), e incluso un mismo animal recibió nueve pinchazos por parte de uno de los matadores. Varios toreros tuvieron que aplicar el descabello varias veces y uno lo llegó a clavar hasta en 10 ocasiones.
“Podríamos esperar que, dado que estamos hablando de la feria taurina más importante del mundo, los espadas deberían poner especial cuidado en realizar ‘adecuadamente’ el tercio de muerte. De hecho, de su mayor o menor acierto, supuestamente, depende que ‘triunfen’, que reciban los correspondientes ‘trofeos’ y que salgan por la puerta grande. Sin embargo, nuestra estadística demuestra que la llamada ‘suerte suprema’ en realidad constituye una auténtica carnicería”, comentó José Enrique Zaldívar, presidente de Avatma.
Por otro lado, el informe recalca que la Presidencia de las corridas de la Feria de San Isidro tuvo que dar 63 avisos a los matadores por excederse en el tiempo determinado por el reglamento de dar muerte al animal (desde que empieza el último tercio de la corrida hasta que el toro es apuntillado), “prolongando así su sufrimiento”.
Por último, Avatma indicó que la puntilla, el método que se utiliza para rematarlos, “no provoca la muerte instantánea y está prohibida en todos los mataderos de la Unión Europea hace muchos años por considerarse un método cruel de sacrificar a un animal”. “Si en la plaza más importante del mundo sucede esto, no queremos ni imaginar lo que ocurre en las plazas de segunda y tercera categoría y en las portátiles” concluyó Zaldívar.
(SERVIMEDIA)
12 Jun 2016
MGR/gja