Desde 1994 han aparecido muertos por envenenamiento cerca de 600 animales, la mayor parte rapaces que buscaban alimento en cotos de caza, aunque entre las víctimas también hay zorros y lobos que se encontraron en las inmediaciones de explotaciones ganaderas.

Entre las víctimas destacan más de 100 buitres leonados, cerca de 200 milanos, medio cenenar de águilas imperiales y más de 60 milanos.

Según Carlos Cano, coordinador del Programa Antídoto, las comunidades autónomas en las que estas prácticas tienen una mayor incidencia son Castilla-La Mancha, donde se contabilizaron 120 muertes en los últimos cuatro años; Castilla y León (91); Valencia (90); Aragón (89); Andalucía (51); Baleares (49); Asturias (36), y Extremadura (20).

En el resto se constataron un número menor de envenenamientos, si bien Carlos Cano aseguró que en algunas comunidaes esta circunstancia está motivada por la existencia de menos cotos. El veneno más utilizado sigue siendo la estricnina, una sustancia altamente tóxica que se puede adquirir con una cierta facilidad en algunos establecimientos, pese a estar restringida su comercialización.

En total se han localizado venenos en más de 200 zonas. A juicio de los responsables del Programa Antídoto, esta práctica "irracional" se extiende "por mero contagio entre los propietarios de cotos".

El director general de SeoBirdLife, Alejandro Sánchez, señaló que "los propietarios de algunos cotos se deciden a poner veneno cuando se enteran de que en el de al lado lo han hecho, aunque antes no se lo hubieran planteado nunca".

Además de esta organización participan en el programa la Coda-Ecologistas en Acción, el WWF/Adena, Fapas, la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, Secem, Grefa y BVCF, y colaboran el Ministerio de Medio Ambiente, el Instituto para la Política Ambiental Europea y el Proyecto Life Naturaeza de la UE.

Los responsables del Programa Antídoto celebraron hoy en Madrid un seminario para analizar la situación y consensuar medidas con las comunidades autónomas y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), ya que esta unidad de la Guardia Civil se ha convertido en uno de los sistemas más eficaces para erradicar estas prácticas ilegales.

Carlos Cano reclamó un cambio en la legislación actual para que las administraciones públicas decreten el cierre de cotos en los que se usan veenos.