Teniendo en cuenta el bajo nivel del consumo en 1993, "el que se hayan mantenido intactas unas pautas tan restrictivas no puede interprearse más que como un nuevo síntoma de la desconfianza con que todavía se observa el lento despegue de la economía española", aseguran los autores de la encuesta.

La Cámara de Comercio considera que el comportamiento de las familias madrileñas se caracterizó durante 1994 por vivir con lo justo, no permitirse caprichos y ahorrar lo más posible.

Los madrileños encuestados no sufrieron privaciones en los gastos domésticos, si bien redujeron su nivel de vida con el gasto en el ocio y en la vestimenta.Los ciudadanos de la capital trataron de invertir en el futuro, ofreciendo a sus hijos más educación.