Madrid. Casi 500 niños reciben educación en casa por motivos de salud

MADRID
SERVIMEDIA

Un total de 474 niños recibieron clases en casa durante 2015 gracias a los 88 profesores del Servicio de Apoyo educativo Domiciliario (SAED) de la Comunidad de Madrid. Dependientes de la Consejería de Educación, estos docentes se encargan de la instrucción de los niños que han abandonado el hospital tras largas estancias pero que todavía no pueden volver a sus centros ordinarios.

En declaraciones a Servimedia, Antonia Martínez, psicóloga infantil de la Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Madrid (Asion), explicó la importante labor de estos docentes, así como de los 37 que trabajan en las aulas hospitalarias, donde estudian cerca de 500 niños en la Comunidad.

“Es muy importante que los profesores de estas aulas, del SAE y de los centros de origen actúen de forma coordinada” dice. Los menores que deben pasar largo tiempo hospitalizados, como aquellos que padecen cáncer, necesitan continuar con su formación y, en la medida de lo posible, mantener sus rutinas diarias.

Según Martínez, desde Asion “asesoramos a las familias en este sentido” y también sobre la existencia del SAED, que atiende a aquellos que abandonan el hospital pero que aún no pueden volver a clase. Además, visitan colegios y asesoran a profesores y a alumnos sobre cómo tratar a sus compañeros a la vuelta.

GESTIONAR EL REGRESO

A veces es preciso realizar “pequeñas adaptaciones curriculares y tratamos de explicar a los docentes cómo llevarlas a cabo". Añade que es conveniente también informar sobre las secuelas de la enfermedad, pues a veces los niños manifiestan más cansancio o menor capacidad de atención. "Por eso, pedimos a los maestros que presten especial atención al rendimiento del niño antes y después”, subraya la experta.

Otro ámbito frecuente de trabajo tiene que ver con la asignatura de Educación Física. “Procuramos que los niños se mantengan activos aunque no puedan seguir el ritmo de la clase. Esto es, que la adaptación no consista en dejarles sentados”.

Por otra parte, Martínez comenta la importancia de las charlas con profesores y alumnos, y asegura que los niños y adolescentes son mucho más receptivos que los adultos. “Necesitan comprender qué ha pasado, por qué su compañero ha dejado de venir a clase, qué le sucede y qué cambios puede experimentar a su vuelta. Los resultados demuestran que estas charlas previas facilitan mucho la vuelta del niño”.

Insistió en que resulta muy positivo que los propios niños cuenten a los demás qué les ha sucedido. “Nosotros estamos con ellos si se atreven a dar la charla o podemos darla en su lugar, pero es bueno que hablen”.

Por último, lamentó que “muchas veces, por prejuicios, los adultos no dejan que los niños pregunten y se expliquen, cuando la experiencia demuestra que les hace mucho bien”.

(SERVIMEDIA)
12 Jun 2016
AGQ/gja