La organización destacó que el personal de MSF desplegado en estas regiones facilitó atención psicológica y formación a 4.950 personas y realizó formaciones en técnicas de asesoramiento y desarrollo de programas psicosociales dentro de los servicios de salud y formó a más de 60 profesores para que pudiesen desarrollar sus propias capacitaciones y llevar ayuda a los miembros de su comunidad.

Mariel García, responsable de salud mental de la zona Manabí y Santo Domingo, explicó a Médicos Sin Frontera que “los profesionales sanitarios están afectados por el cansancio y muchos sufren trastornos de ansiedad” porque “el terremoto fue devastador para nosotros” y “por eso es esencial contar con técnicas y mecanismos de superación para afrontar el duelo y que este no se transforme en un trastorno”.

Durante las cuatro semanas de intervención, los equipos de MSF distribuyeron kits de refugio, medicamentos, cocina e higiene, entre la población afectada. Por ejemplo, en Jama, un cantón de la costa de la provincia de Manabí, MSF distribuyó 500 paquetes de refugio e higiene para dar apoyo a otras tantas familias.

Además, en las provincias afectadas, MSF entregó kits de pesca para los trabajadores afectados porque la pesca ha resultado uno de los sectores más perjudicados como consecuencia del sismo y muchos pescadores debieron abandonar sus localidades para buscar refugio en zonas seguras.