El metano del Ártico no llega a la atmósfera
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El Ártico cuenta con unos 250 lugares que liberan metano desde el fondo del océano, pero sorprendentemente sólo llegan a la atmósfera pequeñas cantidades de ese gas, el segundo de efecto invernadero más importante después del dióxido de carbono (CO2).
Así se desprende de una investigación realizada por investigadores del Instituto Noruego de Investigación del Aire (NILU), el Centro para el Ártico de Hidratos de Gas, Clima y Medio Ambiente (CAGE), y el Centro para la Investigación Internacional del Clima y el Medio Ambiente (CICERO), con la colaboración de otros de las universidades británicas de Cambridge y Manchester, cuyos resultados están publicados en la revista ‘Geophysical Research Letters’.
Los científicos hicieron mediciones simultáneas de las emisiones de metano cerca de los fondos marinos, en el océano y en la atmósfera en una campaña a bordo de un buque en el archipiélago de Svalbard entre junio y agosto de 2014.
Los investigadores emplearon tres modelos independientes con mediciones atmosféricas y marinas que muestran que las emisiones de metano del fondo marino del Ártico no afectan significativamente a la atmósfera.
“Éste es un mensaje importante para aportar al debate sobre el estado de los océanos y el sistema atmosférico en el Ártico. También es importante destacar que el Ártico ha experimentado grandes cambios y temperaturas medias muy por encima de los valores normales en los últimos años. Una exhaustiva descripición del estado actual del entorno ártico, posible sólo con medidas adecuadas, es esencial para la detección de los potenciales futuros cambios de importancia global”, explica Cathrine Lund Myhre, de NILU.
AUMENTO DE METANO DESDE 2006
Los niveles de metano en la atmósfera han aumentado en un promedio mundial de seis partes por millón desde 2006 y algo más sobre el Ártico y Noruega.
Grandes cantidades de este gas se almacenan en el fondo del mar y forman sólidos similares al hielo debido a las bajas temperaturas, lo que se llama hidratos de metano. Una posible explicación al aumento de la concentración de metano en la atmósfera es que estos hidratos se disuelven a medida que los océanos se calientan, de manera que se escapan del subsuelo marino y se elevan a través del agua.
Los científicos quisieron averiguar si estas emisiones están aumentando y llegan a la atmósfera del Ártico. “Las estimaciones sobre la cantidad de gas metano que se almacena debajo de l lecho marino en forma de hidratos varían enormemente. Un cálculo reciente sugiere que estamos hablando de 74.000 gigatoneladas y una gigatonelada son 1.000 millones de toneladas”, apunta Jürgen Mienert, director del CAGE.
Si cualquier metano almacenado en las reservas de hidratos de este gas en el Ártico se libera a la atmósfera por el cambio climático, esto podría tener un impacto en el calentamiento global, añadido a lo que las actividades humanas están contribuyendo.
La oceanógrafa Benedicte Ferré explica que el Ártico cuenta con unos 250 escapes de metano que se encuentran a entre 90 y 150 metros de profundidad, y que es el propio océano el que obstaculiza las emisiones a la atmófera durante el verano.
El clima veraniego en el Ártico es, por lo general, tranquilo y con poco viento, lo que lleva a la estratificación de la columna de agua y se forman capas de diferente densidad, como el aceite y el agua. Esto no significa que no haya intercambio de masas de agua entre la capa superficial y las inferiores porque hay una barrera natural que actúa como techo evitando que el metano llegue a la superficie y, por ende, se eleve a la atmósfera.
(SERVIMEDIA)
27 Mayo 2016
MGR/gja