Los investigadores la han localizado en un lugar que no ha sido revelado dentro del Estado de Minas Gerais y han confirmado el avistamiento de 12 individuos, por lo que su situación es delicada y su conservación dependerá de preservar su hábitat, según señaló este miércoles SEO/BirdLife.

El ornitólogo Rafael Bessa reveló su hallazgo en el festival brasileño ‘Birdwatching’, donde fue presentada como “especie X” y el público pudo escuchar su canto por primera vez en la historia. De esta forma, la especie, sólo conocida a partir de un puñado de viejos especímenes de museo y algunos informes sin fundamento más recientes, ha “regresado a la vida”.

“Cuando puso el vídeo, hubo una conmoción entre el público, que no paraba de aplaudir”, señaló Pedro Develey, de SAVE Brasil (BirdLife en Brasil), quien añadió: “Fue pura emoción”.

Durante los últimos meses, un grupo de investigadores, respaldados por SAVE Brasil, Rainforest Trust y Butantan Bird Observatory, han trabajado en secreto para documentar científicamente este descubrimiento y simultáneamente desarrollar un plan de conservación que asegure la supervivencia a largo plazo de esta ave “críticamente amenazada”.

“Regresé al lugar y pude registrar su canto con mi micrófono. Así reproduje el sonido y el pájaro se posó en un arbusto florido, viniendo hacia mí. De esta manera pude fotografiarlo, y cuando miré la foto cuidadosamente me percaté de que había registrado algo inusual. Mis piernas comenzaron a temblar de la emoción”, explicó Bessa.

CONSERVACIÓN

La columbina ojiazul habita exclusivamente en Brasil y está amenazada por la destrucción del Cerrado brasileño, un tipo de hábitat que se asemeja a una sabana. Sin embargo, el júbilo por el hallazgo rápidamente se tornó en pensamientos sobre cómo actuar con premura para salvar a la docena o algo más de estas aves que pueden quedar.

“Ahora estamos preocupados por la conservación de esta especie. Estamos trabajando en diversos frentes para crear este plan. La acción principal es asegurar que el área donde se localizó se convierta en zona protegida, lo que beneficiaría no solo a la columbina ojiazul sino a muchas otras especies amenazadas que viven aquí”, apuntó Bessa.

Con ojos azul cobalto y motas azul oscuro en sus alas que contrastan con su plumaje de castaño rojizo, este ave no fue avistada largo tiempo porque la rapidez de pérdida de hábitats en la región podría suponer que muchas más especies pudieran dirigirse a la extinción sin haber sido vistas.

Justo después de observar por primera vez esta especie, en julio de 2015, el ornitólogo Rafael Bessa contactó con Luciano Lima, del Instituto Butantan, con cuyo apoyo y el de SAVE Brasil comenzaron a estudiar la especie.

Se formó un grupo de investigadores que incluyó también a los ornitólogos Wagner Nogueira, Marco Rego y Glaucia Del Río, los dos últimos de la Universidad del Estado de Louisiana (Estados Unidos).

“Este redescubrimiento nos demuestra que la investigación de campo más básica sigue siendo necesaria y de que una reacción inmediata es necesaria para la conservación de la biodiversidad”, indicó Jorge F. Orueta, del Área Internacional de SEO/BirdLife.