El trabajo, presentado este martes en Madrid, lo han llevado a cabo la Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (Anar) y la Fundación Mútua Madrileña con el objetivo de conocer cuál es la percepción de los escolares con respecto al acoso en las aulas y es, por ello, un estudio “diferencial” a juicio de sus promotores.

Indica también que las llamadas de chavales recibidas en los teléfonos de Anar se han multiplicado por dos después de la publicación de la carta de Diego, el niño de 11 años que se suicidó tras sufrir, al parecer, acoso escolar en la Comunidad de Madrid, y por cuatro en el caso de las de padres y familiares.

Apunta, asimismo el estudio, que los episodios de acoso escolar “eclosionan” en la adolescencia o preadolescencia, en concreto al filo de los 12 años, pero que, en realidad, llevan presentes en el afectado meses o años, aunque quizá no de forma tan clara y aunque no siempre lo cuenten. En este sentido, el informe señala que el 14% de las víctimas no comparten con nadie su sufrimiento y que el 30% no lo hablan con sus padres.

El ‘I Estudio sobre el bullying según los afectados’ recoge datos desde 2009 y constata que las llamadas a los teléfonos Anar relacionadas con violencia en las aulas aumentan desde entonces, al pasar de los 154 en el primer año analizado, a los 573 en 2015.

Con respecto a la evolución del último año, el informe refleja asimismo un incremento, casi del 75%, ya que los casos pasan de 328 en 2014 a los 573 en 2015.

Otra subida de episodios confesados o de consultas sobre posibles casos de acoso escolar detectada en los teléfonos Anar se ha observado ya en 2016, después de salir a la luz el testimonio de Diego. Tras el hecho, apuntó Lorenzo Cooklin, director general de Fundación Mutua Madrileña, se duplicaron las llamadas de chavales y se multiplicaron por cuatro las de padres, sobre todo madres, profesores, orientadores o compañeros.

El trabajo refleja también, tal y como explicaron Cooklin y Benjamín Ballesteros, director de Programas de Fundación Anar, que si se analizan todos los casos de acoso escolar reflejados en los teléfonos Anar, el 51% corresponde a chicas y el 49%, a chicos, si bien la proporción de episodios femeninos aumenta en la adolescencia.

Con respecto a la edad en la que los escolares refieren padecer ‘bullying’, Kooklin y Ballesteros señalaron que la más habitual es la que ronda los 12 años (11,9), aunque, precisaron, en realidad, éste es el momento en el que el problema “eclosiona”, ya que suele salir a la luz tiempo después de empezar a manifestarse.

Y es que, según los promotores de este trabajo, el acoso escolar no es cosa de un día, sino que lo componen acciones repetidas en el tiempo que se manifiestan con violencia psicológica, en la mayoría de los casos, pero también física, en forma de empujones o golpes, por ejemplo, hacia "el diferente".

Pero, llamó la atención el representante de la Fundación Mutua Madrileña, un aspecto importante es que el ‘bullying’ no está solo en las aulas, sino que, con la presencia de las nuevas tecnologías, llega también a casa en forma de whatsapp o a través de las redes sociales.

PREVENCIÓN

Las fundaciones Anar y Mutua Madrileña se han propuesto, además de conocer la situación del acoso escolar desde el punto de vista de las víctimas, ayudar a minimizar el problema mediante la investigación, prevención y solución, algo que, de momento, se materializará en formación en las escuelas.

Así, Fundación Anar formará este año a un centenar de colegios en el acoso escolar mediante “sesiones dinámicas e interactivas” para conseguir que los alumnos sean conscientes de la problemática.

Insistirán mucho, dijeron, en la importancia de la “cohesión grupal” frente al acosador, ya que, sostienen, tan importante es el papel del acosador, como el del “espectador”, que puede actuar o permanecer pasivo.

Han diseñado dos vídeos que pondrán en las aulas y llevarán a las redes sociales y guías para docentes pero consideran que además de todo este trabajo es necesario contar con protocolos homogéneos de actuación en toda España y con una norma de prevención del acoso.