Así se pronunció Margallo en su discurso durante la inauguración de la VII Edición del Foro de la Alianza de Civilizaciones, que se está celebrando en Bakú (Azerbaiyán).

El ministro, que comenzó su intervención refiriéndose al expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero como “querido José Luis”, subrayó que “frente a la alianza del terror y la barbarie hemos de oponer la alianza de los civilizaciones”.

Agregó que el yihadismo “no puede confundirse con la fe musulmana”, al tiempo que aseveró que la comunidad internacional se enfrenta a retos de tal envergadura que “las instituciones de un solo país, por muy poderoso que sean, no puede enfrentarse a ellas en solitario”.

Por ello, el jefe de la diplomacia española apeló a incorporar la “cultura” como un elemento que ha de formar parte del “planteamiento inclusivo” de Naciones Unidas”, al igual que el “diálogo intercultural e interreligioso” se debe erigir en herramienta e instrumento de “prevención” y “solución” de conflictos”. “Hemos de pasar de una cultura de la reacción a una cultura de la prevención”, indicó.

En ese sentido, Margallo puso como ejemplo a España en el desarrollo de la diplomacia preventiva. Una muestra de este compromiso, dijo, es la puesta en marcha de la Unión por el Mediterráneo o la celebración los próximos días 30 y 31 de mayo de una sesión monográfica en Alicante.

Margallo alertó de que últimamente se ha producido un incremento “preocupante de la xenofobia, la intolerancia y el extremismo violento que conduce al terrorismo. Ante esta amenaza no podemos permanecer callados, impasibles ni inertes”. “Luchar contra el extremismo violento es imperativo moral y ‘ético y una responsabilidad política”, afirmó.

MEDIDAS CONCRETAS

El ministro destacó la importancia de proteger a las víctimas y a las minorías étnicas y religiosas del terrorismo. Por ello, recordó que España, como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, ha mostrado su apoyo a estos colectivos.

Ante esta situación, Margallo llamó a la comunidad internacional a actuar en tres direcciones: a través del “desarrollo de una ciudadanía común con igualdad de derechos", “intensificando medidas de protección de víctimas”, “deteniendo y poniendo a disposición judicial a los terroristas”.

“El reto es conseguir sociedades inclusivas en el marco de los Estados de Derecho. Si fracasamos, la exclusión y la xenofobia crecerán”, sentenció.

Por ello, propuso para combatir la narrativa terrorista la creación de un comité de tolerancia y mensajes positivos en Internet, la puesta en marcha de un órgano colegiado supranacional público y privado en la que estén las principales empresas de Internet y los ejecutivos y asociaciones de creadores culturales, y la elaboración de una estrategia comunicación.

Por último, Margallo propuso reforzar la diplomacia preventiva y el papel de la mujer como agente de paz, elaborar una guía de buenos prácticas en educación para integración social y convocar a expertos para promover estos discursos de convivencia entre los jóvenes.