Los resultados ponen de manifiesto que Europa, Estados Unidos, Canadá y Australia estarían mejor posicionadas para aumentar su competitividad, ya que sus trabajadores están más satisfechos con su actual trabajo y, por tanto, son los menos predispuestos a cambiar de empleo en los próximos meses.

Por el contrario, los asiáticos son los trabajadores que se muestran más insatisfechos con su puesto de trabajo. Sólo un 6% de trabajadores chinos y un 7% de japoneses están “muy satisfechos” con su actual empresa.

Esta situación es diferente del lado occidental. En Europa, el 23% de media está muy satisfecho con su situación laboral y un 46% se declara satisfecho. Esto supone que un 69% de consultados no sólo acepta de buen grado su actual situación laboral, sino que no piensa moverse en los próximos seis meses.

Por su parte, son los nórdicos los más involucrados con su empresa y su actual puesto de trabajo. De hecho, la satisfacción en el empleo es más alta en el caso de Dinamarca y Noruega, donde más del 35% de los empleados consultados indican niveles muy altos de satisfacción. Reino Unido, con un 20% de trabajadores muy satisfechos, también se encuentra entre los países mejor posicionados.

Los porcentajes más bajos de satisfacción laboral se dan en Europa del Este, donde los empleados, si bien son optimistas con su trabajo, muestran cifras más bajas que sus compañeros europeos. Aquí destaca especialmente el caso de Hungría, donde sólo un 8% de consultados está “muy satisfecho” con su entorno laboral.

En el caso de España, la crisis todavía deja huella en la inquietud de los trabajadores a la hora de valorar su empleo y la preocupación por mantener el trabajo es aún la tónica dominante. De hecho, según el estudio de Randstad, el 70% de los trabajadores considera que la situación del mercado laboral será todavía negativa durante este año, reduciendo las posibilidades de cambiar de puesto o de conseguir uno nuevo.

CAUSAS DE INSATISFACCIÓN

Entre los factores que producen desagrado y desmotivación se encuentra principalmente el volumen de trabajo. Los ajustes de plantilla en las compañías han provocado que aumente la carga de trabajo y que los empleados tengan que realizar multitareas, para las cuales no siempre están preparados. Según el estudio de Randstad, esta "sobrecualificación" provoca "desidia o desinterés" y afecta a la productividad de los empleados.

Otras causas de malestar son la baja remuneración y la imposibilidad de crecer profesionalmente en la empresa, ya que el empleado deduce que no “tiene futuro en la compañía”.

Unido a este estancamiento profesional está también la falta de reconocimiento, que en muchos casos provoca que el trabajador no sienta que su trabajo es valorado y por tanto reduce su rendimiento.