El director de Operaciones de MSF, Bart Janssens, lamentó en un comunicado que “el catálogo del horror continúa prácticamente sin disminuir en muchas zonas sitiadas”.

“Durante las dos últimas semanas en las zonas sitiadas de la región de Damasco, un médico ha muerto por disparos de un francotirador, dos de los hospitales de campaña que apoyamos han sido bombardeados, los barrios vecinos sitiados continúan siendo bombardeados y la ayuda médica todavía está bloqueada o restringida”, apuntó.

Janssens reiteró el llamamiento de MSF de “poner fin a la violencia indiscriminada o dirigida contra civiles o zonas civiles”. “Enfatizamos nuevamente la urgente necesidad de evacuaciones médicas y que se permita pasar libremente suministros médicos sin trabas en todas las áreas donde hay personas necesitadas, con la prioridad para las áreas que están en estado de sitio”, apostilló.

La semana pasada, el único médico que quedaba en la ciudad sitiada de Zabadani (a unos 50 kilómetros al norte de Damasco) y un miembro de un equipo de rescate fueron asesinados a tiros por un francotirador después de tratar a un paciente.

MSF indicó que en las zonas más asediadas hay pocos médicos y en algunos lugares no queda ninguno. Algunos han huido para salvar sus vidas y muchos han muerto en atentados o bombardeos. De hecho, esta organización recordó que 23 trabajadores sanitarios apoyados por Médicos Sin Fronteras murieron asesinados y otros 58 resultaron heridos el año pasado.

Además, apuntó que en algunas zonas sitiadas es común ver a estudiantes de medicina o enfermería con formación limitada que aprenden sobre la marcha y se esfuerzan al máximo mientras MSF intenta ofrecerles asesoramiento y apoyo técnico a distancia, lo que hace “imposible cualquier tipo de atención médica técnicamente difícil” y “muy difícil el diagnóstico médico correcto”.

BOMBARDEOS Y HAMBRE

Por otro lado, MSF recalcó que la semana pasada fueron bombardeados dos hospitales de campaña apoyados por esta organización, una escuela cercana y edificios habitados en suburbios de Ghouta Este, con un recuento de al menos 38 muertos y 87 heridos, entre ellos cinco trabajadores sanitarios lesionados.

En las últimas semanas, varias zonas sitiadas de la región de Damasco fueron golpeados por ataques aéreos, entre ellas Al Marj, Deir Al Safir y Zebdine, donde MSF presta apoyo a centros médicos locales.

Médicos Sin Fronteras indicó que en las áreas asediadas no hay artículos esenciales como suministros quirúrgicos, anestésicos y bolsas de sangre, precisamente artículos vitales para el tratamiento de víctimas de atentados o por bombardeos, así como para traumatismos accidentales, operaciones por cesárea o partos complicados.

En las 40 instalaciones médicas apoyadas regularmente por MSF en zonas sitiadas de la región de Damasco, muy pocos pacientes han sido autorizados para su evacuación médica, pese a que hay una larga lista de pacientes que se encuentran en estado crítico y necesitan tratamiento para salvar sus vidas.

Por ejemplo, cinco personas murieron la semana pasada en Madaya, tres de las cuales podrían haberse estabilizado y tratado si se hubieran permitido las evacuaciones médicas: un niño que murió pocas horas después de jugar con un explosivo sin detonar, una persona mayor con síntomas de una enfermedad cerebrovascular y un joven por desnutrición.

MSF apuntó que, pese a la llegada de convoyes humanitarios, el equipo médico local de Madaya ha identificado más de un centenar de casos de desnutrición y siete de desnutrición severa en Madamiyeh. Allgunas áreas, como Daraa y Duma, permanecen completamente bloqueadas para cualquier entrega humanitaria y el cierre del acceso es “alarmante” en los barrios sitiados de Barzeh (cerca de Damasco) y El Waer (cerca de Homs).